Deja muchos heridos este 38º Congreso Federal de Sevilla. Sobre todo, entre la cúpula socialista sentada a la derecha de Griñán. Cerradas las urnas del puño y la rosa, el PSOE-A encara el camino hacia el 25-M absolutamente dividido y, lo que es peor, con un líder muy debilitado. Lejos de esa aparente neutralidad, Griñán apostó por Carmen Chacón y la jugada le salió mal. Demasiado mal, a falta de dos meses para los comicios autonómicos.
Ahora, el candidato deberá pasearse durante la campaña con un Rubalcaba al que no apoyó. Y, además, deberá encontrarse con multitud de dirigentes provinciales y locales con los que mantiene un claro enfrentamiento desde hace tiempo -por ejemplo, González Cabaña en Cádiz-; quienes, a su vez, dieron su voto al ahora secretario general del PSOE para tensar ese pulso con Griñán.
Los andaluces elegirán el próximo 25 de marzo quién ocupa San Telmo. Aunque, también, sus papeletas marcarán el futuro del PSOE regional. A Griñán sólo le salvará mantener la Junta, aunque sea sometiéndose a las exigencias -que serán muchas- de IU.
Los andaluces elegirán el próximo 25 de marzo quién ocupa San Telmo. Aunque, también, sus papeletas marcarán el futuro del PSOE regional. A Griñán sólo le salvará mantener la Junta, aunque sea sometiéndose a las exigencias -que serán muchas- de IU.
Fente de la foto: El País
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