miércoles, 30 de noviembre de 2011

Más Bruselas

Nunca se había hablado tanto en España de primas de riesgo, de tipos de interés y de agencias de calificación. La irrupción de la crisis en la vida cotidiana implicó un cambio radical en el panorama social y, evidentemente, también en el político. El incremento del paro, las miles de ejecuciones hipotecarias o el cierre del crédito bancario arrastraron a la población hacia una nueva mentalidad, marcada por el devenir de los acontecimientos recientes.

La percepción de la realidad viró drásticamente. De hecho, ahora hasta se cuestiona a Bruselas, ese hermano mayor que veló por todos durante mucho tiempo. Según el último Eurobarómetro, el porcentaje de españoles que desconfían de las instituciones europeas se duplicó en la última década. En 2001 tan sólo recelaba el 24%, frente al 49% de la actualidad.

Una tendencia al alza que comparten prácticamente todos los países de la UE. Aunque, cada bloque presenta sus diferencias. En primer lugar, no resulta extraño que ese desconfianza creciera con mayor virulencia en los países más machacados por la crisis. En los famosos PIIGS: Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España. Así, por ejemplo, en la nación helena se pasó de un 22% en 2001 al 67% de 2011.

Por su parte, en los países más sólidos se registró un aumento del euroescepticismo, aunque dentro de los límites aceptables en una etapa de coyuntura económica. Reino Unido –nación que siempre lideró el receló hacia Bruselas- encabeza este grupo, con un 63% de desconfiados. Le siguen Alemania (55%) y Francia (50%).

Y, por último, encontramos el bloque de los países nórdicos, a los que las crisis tocó de refilón. En ellos (Suecia, Finlandia y Dinamarca) se produjo el efecto inverso. Ahora, quieren más Europa.

Lo cierto es que, más que les pese a los encuestados por el Eurobarómetro, la UE benefició a todos. Los PIIGS experimentaron desde mediados de los 90 un crecimiento espectacular gracias al apoyo de Bruselas, a los cientos de miles de millones invertidos en su modernización y reconversión industrial. Y, además, también resultó fundamental para consolidar sus sistemas democráticos.

A Alemania, Reino Unido y Francia les permitió (a nivel comercial) dominar nuevos mercados. Por ejemplo, los germanos no podrían exportar tanto sin la existencia de una moneda única. Además, a nivel supranacional, Bruselas dotó a estos tres países de un poder internacional muy superior al que tendrían por separado. Europa les dio más voz e influencia; y eso, paralelamente, implica más dinero y recursos.

Ahora, en plena crisis, toca refundar la UE; dotar a la Eurozona de nuevos instrumentos económicos, políticos y sociales para escribir el futuro juntos. Habrá que apostar por los eurobonos, por la reconversión del BCE –para dirigirlo hacia un modelo similar al de la Reserva Federal-; por ceder más competencias a Bruselas; por adelgazar la burocracia europea; por regular las transacciones financieras; y por dotar de un mayor poder al Parlamento de Estrasburgo. Toca darnos las manos y continuar el sendero que emprendimos hace décadas. Que una piedra en el camino no impida que sigamos adelante. Nadie nos dijo que esto fuera fácil.

Fuente del gráfico: vía El País.es

lunes, 28 de noviembre de 2011

De las cenizas de Misfits...

Acabo de retomar Misfits; esa visceral, irreverente, violenta, descarada, insolente, genial y tan británica serie de la cadena E4. Hace apenas unas semanas que regresó con su tercera temporada. Aunque, eso sí, sin una de sus estrellas. Afronta el Tv-show una época complicada, de absoluta regeneración; en la que deberá sobreponerse a la pérdida de su carismático personaje. Comienza la etapa Post-Nathan. ¿Sabrá reconstruirse a través de sus errores?, como dijo el propio Nathan en un imprescindible discurso, referente ya de la televisión de calidad:

"¡Somos jóvenes! Es normal que bebamos demasiado. Es normal que tengamos mala actitud y queramos follar como conejos. ¡Estamos diseñados para la juerga! ¡Es lo que toca! Sí, algunos palmarán de sobredosis o se perderán la cabeza. Pero Charles Darwin dijo que no se puede hacer una tortilla sin romper varios huevos. Y de eso va todo esto. ¡De romper huevos! Y por huevos me refiero a ponerte ciego con un cóctel de pastillas [...] La hemos cagado más fuerte y mejor que ninguna otra generación antes de la nuestra. ¡Éramos tan preciosos! Somos unos inútiles. Yo soy un inútil y pienso seguir siéndolo hasta los veinti muchos. Incluso hasta los treinta y pocos. Y me tiraría a mi propia madre antes que dejar que nadie me quite eso"

sábado, 19 de noviembre de 2011

Cinco claves para el 20-N

1. La izquierda se fracciona

Anda la izquierda metida en un lío monumental desde que el PSOE decidiera abandonar las tesis socialdemócratas y abrazar a los mercados financieros -aquellos que tan bien definiera Adam Smith, como la "mano invisible", pues no los vemos y no veas la de hostias que nos dan-. Perdido anda este electorado, sin un referente claro. Habrá hoy quien idílicamente se mantenga al lado de Alfredo; y quien opte por la histórica Izquierda Unida (IU), que siempre recoge votos en época de vacas flacas socialistas. Por su parte, habrá ciudadanos de centro-izquierda desencantados con la última legislatura de ZP, que podrían decidirse por UPyD (formación a la que las encuestas conceden un crecimiento expectacular en el Congreso). Y también habrá quien opte por Equo, un partido nacido a imagen de los Verdes europeos y destinados a jugar en el futuro un papel similar en España. En definitiva, un electorado fragmentado que consolida la victoria del PP y que arrastrará seguramente al PSOE a uno de los peores resultados de su historia.

2. De Rubalcaba sabemos lo que hizo...

Alfredo, como afirma le gusta que le llamen, inició hace 17 días una de las campañas electorales más duras de la historia reciente del PSOE. Portaba a la espalda, cual mochila de viaje, un peso desmesurado; y afronta hoy una jornada de decepción (previsiblemente). Las encuestas lo sitúan ahora a 17 puntos de Rajoy, al igual que cuando arrancó la pugna política hace dos semanas. Para él y los socialistas resultó imposible recortar distancias; deshacerse del pasado que representa el, desde esta noche, Ejecutivo en funciones. Rubalcaba fue uno de sus pesos pesados en las dos últimas legislaturas; y, a pesar de sus intentos de alejarse ahora de ZP, la ciudadanía continúa viéndolo a la derecha de Zapatero, como vicepresidente y ministro. El electorado no habla de la valía de sus propuestas, sino de la credibilidad de las mismas ¿Si tiene iniciativas para ayudar a España por qué no las empleó en el Gobierno? Alfredo, sé lo que hiciste el último mandato...

3. ...Y de Rajoy no sabemos lo que hará

Rajoy, el líder de los populares, afronta el 20-N con un irregular balance en la oposición: dos derrotas a sus espaldas y un crecimiento espectacular en las encuestas a partir del inicio de la crisis. El presidente nacional del PP ha sabido jugar sus cartas los dos últimos años, administrando a la perfección la ventaja de su partido frente al PSOE. Para ello, café para todos. Con un clarísimo carácter conciliador, en su discurso no se ha escuchado desde 2009 ninguna palabra que pudiera alejar a parte de su electorado. De ahí que su principal crítica haya versado en torno a su dubitativo mensaje, a su incapacidad para decir claramente qué hará de llegar a la Moncloa. De hecho, varios dirigentes socialistas le han llamado en la intimidad -y alguno en público- el Señor Depende. Mariano es aquel que, en una entrevista en la SER, primero dice que no sabe si su ministro de Economía será hombre o mujer; y quien, apenas unos segundos después, afirma que ya tiene decidido quien ocupará esa cartera de ganar los comicios. Esperemos que, una vez en el Gobierno, no siga esta misma línea de desesperante vacilación.

4. Andalucía y Cataluña, claves

Ambas, Andalucía y Cataluña, resultarán hoy clave. Las dos siempre fueron bastiones del PSOE y parece que ahora, dos legislaturas después de ZP, el granero de votos se secó. En la primera se vaticina un vuelco histórico. Los socialistas lograron en 2008 un total de 36 diputados en Andalucía, frente a los 25 del PP. Ahora, cuatro años después, los populares se frotan las manos por el cambio que arriba. Además, los dirigentes regionales -con Arenas a la cabeza- ya miran de reojo a marzo, cuando se celebrarán los comicios autonómicos. Por primera vez, el azul podría teñir esta Comunidad. Paralelamente, el PSOE sí logra salvar (según prevén los sondeos) los muebles en Cataluña. Allí conseguiría la victoria en estas generales; gracias, evidentemente, al voto dividido de la derecha, que optará por CiU o PP. Aún así, en las dos regiones perderá un gran número de escaños y ambas son las dos Comunidades con mayor número de diputados, 60 y 47 respectivamente.

5. La irrupción (vuelta) de Amaiur

La izquierda abertzale vuelve al Congreso. Según los datos ofrecidos por el sondeo a pie de urna de RTVE, Amaiur se movería entre 6 y 7 escaños. Es decir, esta formación lograría grupo parlamentario propio. Una irrupción muy importante en la Cámara Baja; y que, además, conlleva relevantes consecuencias. En estas primeras elecciones democráticas sin ETA (o, al menos, sólo con la sombra de su fracaso); el crecimiento de esta formación responde a tantísimos factores que resulta imposible analizarlos en un único parráfo. Lo cierto es que su fuerza responde a una situación coyuntural, que habría que ver si se confirma a largo plazo. El PP tendrá que gestionar el fin de la disolución de la banda terrorista. Veremos como se mueve Rajoy en un marco en el que los independentistas radicales tenga más voz y como, además, maneja a los líderes más exasperantes de su propio partido.

martes, 15 de noviembre de 2011

Violencia e irracionalidad de guante blanco

Con una devastadora película de violencia racional, el director germano Michael Haneke quebrantó en Funny Games (1997) la imaginaria e idílica sensación de seguridad de la clase media centroeuropea. El cineasta dibujó primero un apacible paraje turístico (uno de esos cientos que se encuentran repartidos por el Viejo Continente; con sus casas unifamiliares, sus jardines delimitados por setos de metro y setenta centímetros, sus canes guardianes y sus monovolúmenes aparcados en las puertas); para convertirlo después en un infierno refinado y exquisito. Para ello, invitó al espectador a una urbanización de las afueras, donde una familia estándar disfruta de sus vacaciones de verano, de sus encantadores vecinos (aquellos con los que cenas alguna vez) y de su barco amarrado en el muelle del lago. Un incomparable paisaje en el que irrumpen dos jóvenes ataviados con las ropas más elegantes, los modales más delicados y un cuestionable sentido de la moralidad.

De esta forma, en las reposadas y tranquilas existencias de los protagonistas surge un nuevo factor, perturbador y distorsionador, capaz de acabar con la percepción de seguridad con la que vivían hasta ese momento. Los dos turbulentos personajes llegan, según parece, con la inocente intención de pedir un par de huevos. Una demanda que desencadena finalmente una espiral de violencia razonada, apoyada por las explicaciones de los dos jóvenes, hábiles en sus procesos deductivos, que jamás esclarecen a la sufridora familia el porqué de sus penurias. Y es que, como bien se empeña en exponer el cineasta, el objetivo de estos simpáticos e ingeniosos postadolescentes no pasa por el robo de vehículos de lujo o joyas; por sustraer televisiones de plasma de no sé cuántas pulgadas, ordenadores portátiles o videoconsolas de última generación. Para nada. Tan sólo quieren experimentar con el mal en si mismo (con la pura maldad), introducir en las relaciones de dos padres y su hijo un elemento inquietante y angustioso, que les obligue a preguntarse a si mismos el porqué son ellos los elegidos para ese juego macabro y enloquecedor.



Es decir, Haneke logra escudriñar la conciencia colectiva de la clase media, adentrarse en sus miedos y temores. Invade su apacible y monótona vida; acaba con sus referencias, con sus certezas y certidumbres; empujándola por un precipicio de inseguridad y terror. El director austriaco le habla en este film al ama de casa, al autónomo y al oficinista; interpela al profesor, a la abogada y al administrativo; conversa con el universitario, el empresario y la médico. Para advertirles a todos ellos de que esa burbuja protectora podría estallar en cualquier momento; que la mera aparición de ese elemento perturbador puede acabar con su amena existencia .

“Quienes se sienten a contemplar este infierno cotidiano por vez primera hallarán una fábula que no es tal sobre la banalización de la violencia en el mundo en que vivimos. La incomodidad empapa cada segundo de un metraje maquiavélicamente convincente, en el que el elenco central ─y único, a decir verdad─ coloca a la platea en la desagradable tesitura de aceptar lo que está contemplando como algo peligrosamente cercano”, explica el crítico José Arce.

Así, con el objetivo de combatir a la violencia con ésta misma, el cineasta opta por la transgresión y se enfrenta al conformismo clacista; desafía a aquella parte de la sociedad sumergida en el vacuo consumismo. El director alemán elige en esta ocasión la furia y el impacto para contar su historia; al igual que ya hiciera posteriormente con La Pianista (2001) o La cinta blanca (2009). “Eso implica, en mi caso, que retorno a una experiencia tan hipnótica como indeseable; que se me va a incrustar en la retina y en el oído, que no sé si me gusta o me da asco, que admiro el talento de Haneke al crear una atmósfera siniestra, sensación de amenaza y de progresivo espanto, imágenes y sonidos muy poderosos, pero también la seguridad de que estoy asistiendo a un espectáculo perverso, a la pornografía de la violencia”, concluye Carlos Boyero, experto en cine en el diario El País.

Publicado en la revista Nuestro Ambiente

sábado, 12 de noviembre de 2011

Andalucía, epicentro electoral

Aparecieron los fantasmas de los socialistas. Su peor pesadilla. Ahora hablan (aunque sea a escondidas) de terror, de miedo, de pavor, de horror. Andalucía demuestra que lo infinito y eterno tan sólo existe en ese perfecto mundo de las Matemáticas. Fuera de él, en la realidad –donde se entremezclan creencias y pasiones-, las sumas y multiplicaciones no obtienen siempre el mismo resultado. La Comunidad Autónoma ya no se presenta como ese granero de votos tan amado por el PSOE y temido por los populares. Ahora podría darse la vuelta a la tortilla.


Lo insinuaron los comicios municipales del 22 de mayo y en breve podría confirmarlo las generales del 20-N. Entremedias, numerosas encuestas ya lo dicen, ya subrayan ese posible vuelco en Andalucía. Un cambio –una palabra a la que se sumó el PP, cuya sección regional mira de reojo al próximo marzo- que reflejó el último sondeo del Centro de Investigaciones Científicas (CIS). Los socialistas lograrían, según éste, entre 24 y 25 diputados; frente a los 34-35 de los populares y el solitario congresista de IU. El PSOE sólo mantendría su liderazgo en Sevilla, con un escaño más que el actual partido de la oposición (que vencería en el resto de provincias).

Por todo ello, los socialistas centran parte de su campaña electoral en Andalucía. Y los populares, expectantes siempre a los movimientos de su enemigo (al resguardo de esa distancia electoral), le siguen el juego. Griñán y Arenas se pican, y pasarán dos veces por cada provincia antes del 20-N. Y la ejecutiva nacional del PSOE quiso hacerse fuerte en Dos Hermanas, generando una poderosa –aunque ciertamente anacrónica- imagen: Rubalcaba, Guerra y González, juntos en un mitin después de 15 años. Allí, en el mismo velódromo donde Rajoy, hace tan sólo un año, impulsara la conquista de la Comunidad del Sur.



Escondido Zapatero, como ese florero sobre el que metaforizó González en varias ocasiones; Rubalcaba intentará salvar los muebles en una región donde continuará la pugna electoral tras el 20-N. En Andalucía, el PSOE no sólo se juega escaños del Congreso y el Senado; sino también el Gobierno de la Junta. Una carrera a la que no renuncia Griñán –el pacto con IU podría mantenerlo en el Palacio de San Telmo-. A Alfredo (así nos invita a llamarle) ya se lo comentaron, que él no es Barack Obama. Alfredo, No, you can’t.