sábado, 30 de marzo de 2013

'Le Monde' evita denominar "banda terrorista" a ETA

Las palabras importan. Mucho. El Gobierno español se esforzó durante años para que la comunidad internacional reconociera a ETA como una banda terrorista. Para lograrlo, tuvo que combatir contra el imaginario idealista de una izquierda radical y relativista, que veía a los etarras como representantes de un pueblo oprimido. Una falacia. A pesar de que finalmente se consiguió el objetivo, aún quedan escollos que salvar. Varios medios de comunicación todavía evitan llamar a las cosas por su nombre. Entre ellos, el periódico francés Le Monde. Hoy, en el artículo sobre la muerte de Thierry ha vuelto a esquivar el denominar a ETA como "banda terrorista"; dejándolo en "organización separatista vasca".
"Considéré à l'époque comme le chef présumé de l'organisation séparatiste basque ETA, il avait été arrêté en mai 2008..."
De hecho, incluso para resaltar la relevancia de ETA en la dramática historia reciente de España, Le Monde recurre a citar a terceros: "El 20 de octubre de 2011, ETA, clasificada como "terrorista" por la Unión Europea y los Estados unidos, anunció que renunciaba a la violencia después de 40 años de lucho armada. Es considerada la responsable de la muerte de 829 personas en este periodo"
"Le 20 octobre 2011, l'ETA, classée "terroriste" par l'UE et les Etats-Unis, a annoncé qu'elle renonçait à la violence après plus de 40 ans de lutte"

viernes, 29 de marzo de 2013

El kamehameha de las jóvenes 'schoolgirls' de Japón

Dos de la madrugada. Madrid. En el número 5 de María de Guzman aún hay vida. Más que vida. Auténticos recuerdos. En Sueltate el pelo se mezcla, afortunadamente, la mejor y peor gente de los 80: los herederos de la Movida, la calaña que todavía disfruta cantando con Nacha Pop y gritando con Kaka de Luxe. El reloj marca las 'y media'. Y a esas horas de la noche, el pinchadiscos ya se arranca con clásicos. Echa mano, por supuesto, a Dragon Ball. "Volando, volando. Siempre arriba, siempre arriba. Imagina, tu y yo, lucharemos los dos". Suena la sintonía y se abrazan los machotes, aquellos que hace unos veinte años compraban cromos y enumeraban de carrerilla los nombres de sus personajes: como Goku, Vegeta, Bulma, Krilin, Piccolo, Ten Shin Han, Chaoz. Y continúa la canción: "Volando, volando. Siempre arriba, siempre arriba. Imagina, nunca a un amigo abandonaremos". Prosigue el entusiasmo. Camino del colofón: cubatas al aire, brazos a los hombros y gargantas desgañitadas. Todo por esos años de la infancia, cuando eran unos locos bajitos.

Porque allí, en esa patria, es donde los japoneses quieren sobrevivir. Que en el país nipón aún Bola de Dragón marca tendencia, genera modas y crea nuevos fenómenos. No olvidan el Kamehameha, revivido en las últimas semanas a través de las redes sociales. Lo explica Le Monde (en francés) y Kotaku (en inglés).

El 30 de marzo se estrena en Japón una nueva película de la saga: Dragon Ball: Batalla de dioses. Y sus schoolgirls se adelantaron a la fecha, generando un nuevo efecto viral. Las jóvenes estudiantes colgaron fotos en las que imitan las Ondas Vitales de la serie. Una práctica que, después, ha incorporado las técnicas de los personajes de Street Fighter.

martes, 26 de marzo de 2013

Niño marroquí maltratado por su profesor en Melilla

Tarantino adora cómo mueren

De Negros. De sangre. Y de vaqueros. De eso trata la nueva película de Quentin Tarantino. Django  desencadenado (2012) afronta sin rodeos el racismo y la esclavitud. Sin tapujos. Sin prejuicios. Desnudo y de frente: contra el buenismo occidental, contra lo políticamente correcto. Una visión del Far West compleja y sin complejos. No hay indios, ni persecuciones, ni rifles mal calibrados, ni tiros al cielo de revólveres.

Al más puro estilo de spaghetti western, el director norteamericano recupera la esencia de sus ideas originales, aquellas que plasmó en Pulp Fiction (1994) y Reservoir Dogs (1992) -cuando el cine independiente flipó gracias a su crónica brutal de asesinatos, mentiras, engaños y rock and roll-. Ahora, en pleno siglo XXI, bebe de su particular Fuente de la Juventud. Para ello, se aferra a la mano de Jamie Foxx, que interpreta a un esclavo negro reconvertido en cazarrecompensas y que busca a su esposa, aún en manos de los algodoneros del sur de EEUU.


Quentin acierta al envolverse de nuevo en ese halo de pop-art, donde se conjugan el salvajismo y la estética depurada. Con un acento, como siempre, acelerado; y perfilado al ritmo que marca la banda sonora, que adquiere tintes de protagonista en esta cinta. En parte, la historia gira en torno a la música. En parte, la música gira en torno a la historia. Según se quiera ver, según se entienda el espectáculo de Tarantino. Porque mezcla las clásicas notas de Ennio Morricone con los acordes del hip-hop. Todo ello sin desentonar, todo ello sin sonar extravagante.

 Y es que Django huele a spaguetti western clásico, gracias a esos rapidísimos zoom de cámara que dejan el rostro del personaje en primer plano. Una técnica que permite al espectador regodearse en cada gesto: los labios torcidos y altivos; los dientes sucios y a medio pudrir; las cejas arqueadas; los chulescos y desafiantes ojos; y, por supuesto, el sombrero alicaído. A su vez, Django también destila el atractivo de la violencia desmedida, de la venganza requerida, del desquite, de la revancha y de la represalia. Los golpes, asesinatos, latigazos y disparos parecen gratuitos. Y, verdaderamente, lo son. Quizás, por eso, resulte aún más atractiva la cinta de Tarantino. Porque ofrece carnaza al espectador. Todo ello, para denunciar la idiotez del racista, la gilipollez del Ku Klux Klan; a través de la ironía y la socarronería, del sarcasmo y la sorna.

El director no rehúye la palabra Niger -cuya traducción más adecuada sería la de Negrata, con tono absolutamente despectivo-. Porque a Tarantino no le importa llamar a las cosas por su nombre. No le importa que las vísceras salten y se desparramen por el suelo tras el disparo de una recortada. La cámara apenas se inmuta cuando un personaje aúlla de dolor, mientras las balas le atraviesan una pierna o un brazo. Ni siquiera desentona la sangre que baña una habitación, con decenas de cadáveres repartidos por el suelo. Él sabe conjugar a la perfección los matices del suspense, del ruido de las balas, del horror de la muerte, del encasquillamiento de los percutores. Forman parte de su escenario. Además, la cinta ahonda en la importancia de la palabra. Las frases trascendentales vuelven a subrayarse en las esperpénticas situaciones. “Me gusta cómo mueres”. Como una contradicción ética.


Una doble moral presente en todos los personajes. El doctor King Schultz (Christoph Waltz) es un irascible cazarrecompensas. Un hombre capaz de asesinar sin titubeos a delincuentes para cobrar su salario y, a la vez, repudiar el racismo y ensalzar el amor. Calvin Candie (Leonardo DiCaprio) adora a su hermana y asume el engaño sin ánimo de venganza, aunque se divierte y entretiene con combates a muerte entre Nigers. Y Stephen (Samuel L. Jackson) es ese sirviente leal y fiel, que luchará en pos del beneficio de su amo; a pesar de que esto suponga devolver a otros negros a la eterna esclavitud.

Y puede que, en ciertos momentos, no gusten los excesos de Tarantino, el desmesurado uso de la violencia, la omnipresencia de la sangre y la barbarie. Desde luego, no ayudan las tripas desparramadas y los brazos rotos. Y tampoco la banalización del crimen. Pero, a pesar de ello, cuando el proyector se apaga y se encienden las luces, cuando uno echa la mirada el reloj y observa que transcurrieron casi tres horas desde que pegó el culo a la butaca; entonces, piensa en el cine como divertimento, en las palomitas que engullía cuando era adolescente y los vaqueros mataban indios porque unos eran los buenos y otros los malos. Así de simple. Y es que, al final, sólo queda Django: “La D es muda”.

lunes, 25 de marzo de 2013

Para el Partido Popular todos son ETA

El PP se aventura en un juego macabro y peligroso cada vez que equipara un movimiento social con ETA, cada vez que banaliza la problemática vasca mediante comparaciones con la banda terrorista. Algunos de sus líderes, cuando sufren las protestas de la calle, tienden a asemejar esas manifestaciones con la izquierda abertzale o movimientos violentos. Básicamente, recurren a eso de si no puedes contrarrestar los argumentos del contrario, échale encima toda la mierda que puedas para que no tenga posibilidad de expresarlos. La última en hacerlo ha sido Cristina Cifuentes, subdelegada del Ejecutivo en Madrid. De las declaraciones de ella y de muchos de sus compañeros de partido -para algo sirve la hemeroteca- se entiende que, para el PP, (casi) todo es ETA. Algunos ejemplos:

- Nunca Máis es ETA: Jaime Mayor Oreja es un experto en desprestigiar a quien no comulga con él. Y lleva tiempo haciéndolo. Empezó en febrero de 2003, cuando comparó a la Plataforma Nunca Máis con los grupos sociales que daban entonces cobertura política a la banda terrorista. "En el País Vasco estamos padeciendo las consecuencias de grupos como Nunca Máis", afirmó. Unas palabras que obviaban que ese movimiento social congregó en las calles a centenares de miles de gallegos, que protestaron por la actuación del Gobierno de Aznar durante la crisis del Prestige.

Los padres son ETA: Fue el portavoz del PP en el Congreso de los Diputados, Alfonso Alonso, el que se metió en un lío en octubre de 2012. La primera piedra la puso el ministro Wert que, en plena ola de protestas por los recortes en Educación, calificó a los padres y alumnos de configurar una "extrema izquierda radical y antisistema". Pero Alonso fue un poco más allá y asemejó la organización de protestas de los progenitores con las impulsadas por los proetarras: "Yo, cuando iba al instituto, las huelgas las organizaba Batasuna, no los padres".

- Artur Mas es ETA: A Mayor Oreja se le llena la boca con ETA. Debe ser porque, quizás, es con la única palabra que consigue obtener auténtica relevancia pública. En octubre del pasado año volvió a la carga, esta vez contra el presidente de Cataluña: "Ahora hay que hacer lo mismo para hacer frente a la otra expresión que tiene ETA: el proyecto de ruptura con los nacionalistas vascos y catalanes", afirmó Mayor Oreja, en referencia al proyecto independentista de Mas. Iturgáiz tampoco se quedó corto: "Sigue las consignas de ETA, la de internacionalizar el conflicto, que son las consignas de los nacionalistas".

El 15M es ETA: A la alcaldesa de Elche, Mercedes Alonso, no se le ocurrió otra cosa que, en verano de 2011, afirmar que el movimiento 15M se encontraba integrado por miembros de ETA. Fue el único argumento que encontró para justificar el seguir llevando escolta. La primera edil pidió después disculpas y expuso que se habían tergiversado sus palabras. El vídeo demuestra bien que nadie tergiversó nada.

- La PAH es ETA: "La señora Colau y personas en la plataforma han manifestado su apoyo en determinadas ocasiones a Bildu, a Sortu y a todos estos grupos que, a mi modo de ver, tienen mucho que ver con el entorno de ETA". Con estas contundentes palabras relacionó la subdelegada del Gobierno, Cristina Cifuentes, a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) con la banda terrorista. Todo ello, para desprestigiar un movimiento con un gran apoyo social, que ha conseguido impulsar una ILP y que ha iniciado una campaña de escrache contra los diputados que no la respaldan. Y, además, tras publicarse la sentencia del Tribunal de Justicia de la UE, que consideró "abusiva e ilegal" la legislación española sobre hipotecas. El argumento de Cifuentes es que Stop Desahucios Bizkaia, que no pertenece a la PAH, acudió a una manifestación en defensa del acercamiento de presos.

La cara y la ceja del señorito, y el recuerdo de Ávila

Los políticos, como los animales, se vuelven más peligrosos cuanto más heridos se encuentran. Observen a Bárcenas, ejemplo perfecto de esa fauna. El PP teme que sus últimas bocanadas públicas acaben con la estructura popular montada tras la caída del zapaterismo. Rajoy y sus acólitos se muestran prudentes, expectantes y algo temerosos. Toca arriar velas y luchar contra la tempestad. Por ello, a nadie debe extrañarle que, cuando la Tormenta Perfecta arrecie de verdad, se sucedan las manifestaciones más demagógicas, populistas y revanchistas (entre ellos y contra el adversario común). Será el síntoma de que la guerra ha comenzado realmente. De hecho, al otro lado de la línea, el PSOE-A ya vivió su particular capítulo. Y lo hizo en plena carrera electoral hacia el palacio de San Telmo. Una pugna que acabó hace un año exacto.

Porque, antes de llegar a la meta, los socialistas andaluces andaban perdidos y con la picha hecha un lío. Tras décadas de victorias contundentes y culos pegados a los asientos de la Junta, las encuestas y la realidad -los comicios locales y las elecciones nacionales anteriores- parecían dejarlos fuera del Gobierno. En plena restructuración interna a nivel español, con sus líderes peleándose y en busca de una nueva corriente ideológica a la que abrazar; fue cuando se hizo más evidente la aflicción del PSOE-A. Y, cual animal amedrentado, los dirigentes del partido se lanzaron a la yugular de su adversario. Ya saben, tocaba sacar a pasear ese Bóxer de González; el cual, traducido a su versión andaluza, se transforma en un señorito a caballo. Y Antonio Ávila, entonces consejero de Economía, echó mano de la dialéctica y el desprestigio: “Estoy deseando que llegue el día 25 para verles las caras. Quiero verle la ceja al señorito”. Y llegó el 25, ganó el PP las elecciones, pero no logró la mayoría suficiente para sentarse en San Telmo. Y Ávila pudo ver sus ansias cumplidas. Pudo ver la cara y la ceja "del señorito": 


domingo, 24 de marzo de 2013

Diez artículos que debes leer en la Semana Santa

1. Entre el dolor y el olvido, de Vicent Montagud: Con este artículo, el consagrado reportero estrena su blog, Hotel Palestina. Abraza el estremecedor relato de los periodistas caídos, de los amigos abatidos en las guerras: José Couso, Julio Fuentes, Miguel Gil, Anguita Parrado. "En contra de lo que suele pensarse no abundan los locos ni los yonquis de sensaciones fuertes. La mayoría odiamos la guerra porque la conocemos".

2. Turismo de orfanatos, de Zigor Aldama: Escrito desde Siem Riep, provincia del noroeste de Camboya. Aldama relata el abominable negocio erigido en torno a la caridad y la compasión. Los orfanatos, convertidos en lucrativos centros de reclutamiento. Habla de los intereses, de los beneficios, de las ganacias. Del terrorífico abuso de la piedad. "Solo uno de cada cuatro menores internados en orfanatos carece de padre y de madre".

3. Acostumbrarse a la muerte, de David Jiménez: El blog del corresponsal de El Mundo en Asia resulta imprescindible para cualquier periodista. Sus píldoras revelan la mirada de quien observa su casa desde fuera, de quien ve cómo la desvalijan. En Acostumbrarse a la muerte, en cambio, explica las sensaciones que experimenta cuando regresa a lugares golpeados por la naturaleza. "Revisitarlos es una terapia: ayuda a reemplazar memorias. La vida imponiéndose de nuevo...".

4. Así fue sobrevivir a Hiroshima, de E. J. Rodríguez: A los ciudadanos se les derritió la piel. En el museo de Hiroshima se cuenta éste y otros efectos del lanzamiento de la bomba atómica sobre la localidad nipona. Un relato espeluznante que también reproduce E. J. Rodríguez en su artículo. "Yoshitaka Kawamoto tenía trece años. Su escuela estaba aproximadamente a un kilómetro del epicentro de la explosión. Fue el único chaval de su clase que sobrevivió".

 5. Prohibido mencionar la palabra 'Tupper' o cómo lesionar tu libertad de expresión, de Pepo Jiménez: El conocido bloguero denuncia un caso de 'mala praxis jurídica'. Explica que un bufete de abogados -que afirma dirigirse a él en nombre de la marca Tupper- emprenderá acciones legales contra su persona de no retirar la palabra tupper de uno de sus artículos. Leer para creer. 

6. ...Y no pasa nada, de Lucía Méndez: Bárcenas, el caso de los ERE, Corinna, el aumento de la pobreza y la desigualdad en España, Caja Madrid, los imputados de los partidos, Cataluña, Valencia... Y no pasa nada. En este país no pasa nada. A esa conclusión llega la pluma de Lucía Méndez, que nos regala otra brillante reflexión.

7. Otro periodismo es posible. Manifiesto 'XXI', de Laurent Beccaria y Patrick de Saint-Exupéry: Basta ya de hablar de la muerte de los diarios, de la convalecencia del periodismo, del coma de los reporteros. "En veintiocho años, de 1980 a 2008, nuestro consumo de información ha aumentado en un 350%". Toca la refundación.

8. La Guerra nuclear de Gómez Bermúdez, de José Yoldi: En pleno lío con Bárcenas y Gürtel, el experiodista de El País -afectado por el ERE de 2012 del diario- regala luz al oscurantismo judicial. Intenta dilucidar por qué dos magistrados se pelean públicamente por investigar las supuestas relaciones del PP con tramas de corrupción. 

9. Aquella primera tanda de penaltis, de Alfredo Relaño: En Cádiz se inventó la primera constitución liberal de España. Y las chirigotas. Y la Lotería Nacional. Y la tanda de penaltis, tal y como recuerda Alfredo Relaño en este artículo, que nació en una final del Carranza entre el Barça y el Zaragoza. Ganaron los culés. 

10. For Blacks in Cuba, the Revolution Hasn’t Begun, de Roberto Zurbano. En la actual Cuba comunista, más de medio siglo después de la Revolución, el racismo aún continúa campando. Lo relata The New York Times: "Racism in Cuba has been concealed and reinforced in part because it isn’t talked about".

sábado, 23 de marzo de 2013

Las caricias para el piano, la música para la eternidad

Esos dedos largos, larguísimos, casi infinitos; que ejercen como predecesores de un ritmo interno, intrínseco, propio y auténtico. Y esa sonrisa, perfilada con dientes blancos (blanquísimos), contraste del café tostado de una piel curtida al son del piano. Y ese teclado al que trata con dulzura, al que acaricia como a la mejor amante, a la de toda la vida, a la de siempre, a la de la eternidad, a la que no se olvida, a la que todo lo puede. "Sufro la inmensa pena de tu extravío. / Siento el dolor profundo de tu partida / y lloro sin que sepas que el llanto mío / tiene lágrimas negras como mi vida"


domingo, 17 de marzo de 2013

Galimberti retrata a los niños a través de sus juguetes

Davide, en la imagen de la derecha, es de Malta. Vive en la capital de la isla, en La Valletta. Como el resto de niños del planeta, este chaval tiene varios juguetes preferidos: espadas, coches de carreras, dinosaurios de plástico y playmobils, entre otros. Y, junto a ellos, posa para el fotógrafo Gabriele Galimberti, que ha recorrido el mundo para retratar los sueños de la infancia. Y, realmente, el cámara italiano lo consigue. La página PetaPixel [en inglés] ya lo explica muy bien: "Galimberti descubrió que los niños de todo el mundo presentan similitudes y diferencias. Mientras todos disfrutan jugando, el estatus económico tiene una gran influencia en las personalidades de los niños". Así que, a través de los rostros y gestos de los infantes -y también, mediante sus juguetes- Galimberti capta la realidad social de un mundo a varias velocidades.

"Todos recordamos nuestros juguetes de la infancia. El hecho de que yo pueda recordarlos mejor que los nombres de mis profesores de la escuela, dice todo lo que necesitamos saber sobre el universo en el que habitan los niños", cuenta el propio fotógrafo, que denominó su proyecto Toy Stories. Y, a través de él, logra describir un planeta caleidoscópico. En éste, resulta importantísima la mirada, que se modela a través de la realidad que rodea a cada uno. Observar las imágenes de Galimberti permite comprender aún mejor cómo viven en otros países y, sobre todo, cómo comprenden su entorno.

Chiwa, de Mchinji (Malawi)



Lucas, de Sídney (Australia)



Botlhe, de Botswana



Pavel Davinson, de Kiev  (Ucrania)



Puput Ubud, de Bali (Indonesia) 



Maudy, de Zambia




Li-Yi-Chen, de China



Bethsaida, de Puerto Príncipe (Haití)



Noel, de Dallas (Texas, EEUU)   

martes, 12 de marzo de 2013

¿Por qué tu blog recibe visitas desde Mountain View?

No enloquezcas. Respira. Tranquilidad. Busca la respuesta. Que tiene lógica, aunque a primera vista no lo parezca. Que el contador de visitas de tu blog funciona, que no perdió la razón. Aunque te señale que alguien -algún chalado, pensarás- lee asiduamente tus posts desde la remota ciudad de Mountain View en California. Y no, este tío no es un surfero rubio de rastas y camiseta de tirantes. Y no, esta tía tampoco es una chica en bikini y tetas de silicona. Para nada. Mejor, imagínatelo con chips y conexión a internet.

Y es que muchos blogueros, españoles y extranjeros, se preguntan por qué reciben tantas visitas desde esta parte de los Estados Unidos. A algunos, incluso, les resulta francamente perturbador ese hecho. Otros, en cambio, se conforman con lanzar la cuestión al aire. "Mountain View, Who are you?", dice una simpática mujer del barrio neoyorkino de Brooklyn, de pelo y jersey blancos, y dueña de dos gatos (Morrison y Little Guy). Y son sus propios lectores los que le solucionan la papeleta. "Que es Google señora", le espetan. A esta y a otros que también lo preguntan.

Porque Mountain View, ciudad de 70.000 habitantes aproximadamente, forma parte de Silicon Valley. En esa localidad se encuentra situada la sede central de Google, cuyos indexadores -a través de robots virtuales- rastrean internet para registrar los contenidos.

lunes, 11 de marzo de 2013

¿Tú dónde estabas el 11 de marzo de 2004?

España sufrió el mayor atentado de su historia el 11 de marzo de 2004. Diez explosiones causaron 191 muertos y 1.841 heridos. Las bombas estallaron en cuatro trenes de la red de cercanías de Madrid (Téllez, Atocha, Pozo del Tío Raimundo y Santa Eugenia). La masacre conmocionó a todo el país y, desde entonces, la capital española inscribió las siglas 11M en su relato más dramático. La mayoría recordamos dónde nos encontrabamos aquella maldita mañana y cuándo supimos de lo sucedido. Hoy, en Twitter, he preguntado por eso mismo. Y muchos han querido responder: @JuanMJG, @darkstrim, @EstrellaBLopez, @Shusteranreyes, @rafusensutinta, @arasinpa, @arodriguez_g, @mariaesp y @McEire. En cierta manera, es un homenaje a las víctimas. No os olvidamos.


RT @jjimenezgalvez: "El 11M me enteré del atentado camino del instituto. Tenía clase d historia d España. Toda la hora escuchamos la radio"


domingo, 10 de marzo de 2013

El PSOE no debe gobernar en Ponferrada

El PSOE no debe gobernar en Ponferrada. Para esta formación, el actual mandato se ha acabado. Con su detestable estratagema para hacerse con el bastón de mando del Ayuntamiento, los socialistas ponferradinos han perdido toda legitimidad moral para dirigir el Consistorio. Han traspasado los límites de la ética con ese sucio pacto con Ismael Álvarez, el exalcalde condenado por acoso sexual a una de sus propias ediles, Nevenka Fernández. Además, el recién nombrado regidor, Samuel Folgueral, ha demostrado su auténtica falta de escrúpulos y de valores. Su ardid no tiene cabida en la democracia. Y, quizás, no se haya dado cuenta que la crisis económica e institucional tuvo algún efecto positivo en España: ya no vale todo en política.

Y es que cualquier explicación del PSOE ponferradino sobra. Simplemente, porque no se puede explicar lo inexplicable. Su acuerdo con Independientes Agrupados de Ponferrada (IAP) -partido creado por Álvarez en 2011, tras ser rechazado por el propio PP, su expartido- se hizo con un único objetivo: ostentar el poder y la autoridad de la ciudad. De hecho, las escasas declaraciones públicas del nuevo regidor lo demuestran. El programa Te vas a enterar, de Cuatro, le preguntó si creía que Álvarez ya estaba "rehabilitado". Y Folgueral respondió: "Es una cuestión de carácter personal y no tengo nada que decir al respecto".

Todos aquellos que participaron o permitieron este asqueroso juego de poder deben dimitir. El primero, el actual alcalde, que debe dejar también el liderazgo local del partido. Personas como ésta tienen que ser expulsadas de la vida pública. Porque, las últimas informaciones publicadas, ahondan más aún en su despreciable actitud hacia la política. "Se plantea dimitir solo durante unas semanas". Un gesto zafio, vacío y grosero. De cara a la galería. Marcharse para volver después, para manejar durante unos días los hilos desde atrás. 

El PSOE no puede gobernar en la ciudad. Y debió aceptarlo cuando perdió las elecciones municipales. Ahora, los socialistas ponferradinos han entrado en una vorágine complicada, autodestructiva. Nada les legitimirá. Toda continuidad al frente del Consistorio resulta reprochable. Perdieron la dignidad el día de la moción de censura. Y, desgraciadamente, deshonraron el voto de aquellos ciudadanos que los apoyaron en las urnas.

jueves, 7 de marzo de 2013

Historia de dos ciudades, por Alberto Rodríguez

Es la leyenda de un lustro. De 1987 a 1992. Es el transcurso del tiempo, la transformación social, el pelotazo urbanístico, los yonkis de los 80, la maldita heroína, la España del VHS y del Beta. Grupo 7 (2012) es el pasado de Sevilla, sin ser su historia. Es el currículo de lo inacabado, de lo latente y cambiante; es el retrato de un mundo religiosamente pagano y profundamente devoto. Es la narración de dos ciudades en una: la cara bonita y el lado oscuro de la capital andaluza. Alberto Rodríguez, intenso director español, construyó un relato policiaco en el lecho del Guadalquivir. Con la Expo 92 como telón de fondo y horizonte, el cineasta regala una película de acción y costumbrismo. Una metafórica mezcla de lo mejor y lo peor, de las dos caras de la moneda, de la finísima línea por la que debe andar el hombre; ese delicado hilo que separa la corrupción del ejemplarismo. 


Acelerada. Penetrante. Fuerte. Sutil. El film perfila a un equipo de agentes metidos a chanchulleros, a narcotraficantes y a matones. La ciudad hispalense se preparaba para la Exposición Universal y les tocaba a ellos limpiar las calles del centro. La basura había que sacarla del casco urbano y esconderla bajo las alfombras, convertidas en extrarradio y polígonos (donde aún reposa; aunque, tan lejos, quienes mandan apenas la ven ahora). Liderados por un pésimo y artificial Mario Casas, uno de los pocos puntos flojos de la cinta, el Grupo 7 cambia papelinas por información, dinero y confidencias; permite que algunos prosigan con su cuestionable negocio, mientras encarcelan a otros. Y, todo ello, para lustrarse con éxitos policiales y medallas. Los cuatro protagonistas recurren a los métodos que deben combatir: la mentira, el chantaje, la intimidación y las palizas indiscriminadas.

Desde luego, la película de Alberto Rodríguez es un cuadro de la Sevilla en transición, de la Sevilla de andamios y grúas, de la Barqueta a medio edificar. Y en esa imagen en construcción sobresale un Antonio de la Torre sublime, delicioso, carismático y penetrante. Un actor inconmensurable que contrasta radicalmente con el adulterado Mario Casas. De la Torre exhala cine. Cada mirada, cada silencio, cada palabra inunda la pantalla. Junto a él, otros enormes secundarios (Joaquín Núñez y José Manuel Poga) que ejercen de idóneo contrapunto, al más puro estilo del Arlequín de la Comedia del Arte italiana. A través de ellos la película se nutre con chascarrillos y guasa de roña y grasa, de taller mecánico y tasca de barra metálica, de cerveza en caña baja y platillo de avellanas. Ellos perfilan esa adecuada textura social que enmarca la Sevilla pre-Expo 92. Un ambiente de capillismo y progreso, de excesos, de inusitadas miradas al futuro y olvido del pasado.


Aún así, el director español se esfuerza a la hora de hablar, sobre todo, de la impunidad y la doble moral. El cineasta acierta cuando conversa con los bajos fondos de la ciudad, aliñados al limón del sudor andaluz, de la ternura de clase baja. Hay carroña y sinvergonzonería. Hay putas y policías. Hay heroínas. Y, sobre todo, hay droga, yonkis, jeringuillas y papelas. Un conjunto armonizado con la textura del drama y costumbrismo urbanita.

Rodríguez disfraza sus argumentos con estampas cotidianas: la comunión del chiquillo, la botella de whisky, el llanto del niño a medianoche y el politiqueo consistorial. Gracias a ello, a ese contraste, el director logra sacar una sonrisa al espectador en ciertos momentos; y, además, en otros, consigue arrancarle una mueca al universo de los fracasados. Al fin y al cabo, Grupo 7 es una película de senderos. Un film que describe los caminos de la vida y como estos se entrecruzan, como los buenos y malos se encuentran destinados a hallarse en el asfalto (para darse la mano o enfrentarse, ya cada uno elige). 

Publicado en la revista Nuestro Ambiente (Montilla)

domingo, 3 de marzo de 2013

Los distintos "no lugares" de Pilar Rubiales

En Miraflores de la Sierra murió un enorme álamo a finales de los años 80. A causa de la grafiosis, se cuenta. Vicente Aleixandre, cuya voz aún pervive al norte del Guadarrama, quiso cantar entonces para no olvidarlo. "En el centro del pueblo / quedaba el árbol grande. / Era una plaza mínima, / pero el árbol viejísimo / la desbordaba entera.", arrancaba su poema. En esta villa de frío, y nieve en los tejados, viven doce asiáticos y ocho franceses, que duermen y envejecen con sus otros 6.000 habitantes. Por allí también pasó en 1620 una tal Isabel de Borbón, esposa de Felipe IV -alias El pasmado-. Aunque no era todavía Miraflores de la Sierra. O, al menos, sus lugareños no lo sabían. Porque, en el siglo XVII, Miraflores de la Sierra era Porquerizas. Que así se llamaba aquel pueblillo, al que su majestad rebautizó. Algunos lo agradecieron, como los 12,3 bebés por cada 1.000 vecinos que nacen allí cada año.

En Miraflores de la Sierra ríe Pilar Rubiales. Y sonríe. Y expone. Y narra historias a través de sus cuadros, de sus láminas, de sus composiciones. Allí, en una Casa de la Cultura, ella relata cuentos de muertos y barcos vikingos, habla de "no lugares", perfila Santiago de Compostela, y sombrea pesadillas y monstruos. Rubiales compone un collage de extraños pasajes, de pasos pasados, de sueños y duermevelas. Y te lo cuenta. Y es amiga.







 Fotografías de J. Jiménez Gálvez

sábado, 2 de marzo de 2013

De cómo cuplear a Cataluña, porque 'Contigo aprendí'

Cataluña se ha convertido en una palabra prohibida. Es ese término que produce yuyu el pronunciar, que se quiere evitar en cualquier conversación con desconocidos. No vaya a ser... que alguien se exalte, o que alguien se moleste. Cataluña produce controversias, genera desacuerdos y rememora pasiones. Nadie sabe muy bien dónde, pero cada uno, encuentra sus argumentos. Y todos los tienen. Hay prejuicios sobre ellos -los catalanes-. Y prejuicios de ellos -los catalanes-. Y mentiras. Muchísimas mentiras. E intereses de todos. Quizá, por todo ello, es mejor cuplear. Es mejor aceptar que 'Contigo aprendí'. Porque, cuando uno lo expone con pasión y razón, no hay más que decir.




Yo siempre he pensado que la democracia
es que un pueblo haga lo que un pueblo diga.
Y si Cataluña quiere coger puerta,
dejársela abierta y que Dios los bendiga.

Sin recillas, sin ningún rencor,
sin deudas que me adeudas de sangre y sudor.
Porque mucho mas mamón que tú
fue nuestro señorito andaluz.

Y tampoco os mandaré a la mierda,
ni a Mas tu mandamás ni a tu Duran i Lleida
Que el odio de verdad a nada conduce
voy a echar de menos vuestros chupachuses.
Adiós de parte de los andaluces.

Para qué pelearnos, pa' qué discutir
Si yo tengo a Murillo, tú tienes a Salvador Dalí,
Si yo tengo a Sabina, tú tienes a Serrat,
Que le cantó a Machado y le ha cantado a la libertad.

Desde mi Andalucía, tuya es la decisión.
Aunque seas más pequeña en habitantes y en extensión.

Monta un referéndum, haz lo que tú quieras,
Monta una aduana, pinta una frontera.
Pero antes de irte escucha un consejo
Que es de un pueblo mucho más viejo que el vuestro.

Que no te ciegue el orgullo
que los políticos tuyos son iguales que los nuestros.

Letra: 'Contigo aprendí', chirigota de 2013 de El Canijo