martes, 28 de junio de 2011

Que viene el Doberman

El PSOE yace actualmente en la lona, con un ojo morado y sin saber todavía por donde le vino el golpe. El 22 de mayo resultó devastador para las filas socialistas y, mucho más, para una buena parte de los dirigentes del partido que no esperaban la debacle que les deparó las urnas. Recordemos que la cúpula de la formación hablaba días antes de los comicios de la posibilidad de mantener alguno de sus feudos; la realidad les dejó compuestos y sin novia (traducido, sin Sevilla, Barcelona, Castilla La Mancha y, previsiblemente, Extremadura, entre otras).

Ahora, el análisis difiere muchísimo de aquel que filtraban hace poco más de un mes y quince días. La opción de perder por los pelos en las generales se ha convertido en un necesario y desesperado grito de “salvemos los muebles”. Para ello, Rubalcaba –osease, el susodicho que dice llamarse también Alfredo- ya tomó las riendas del PSOE y quiere encauzar su labor hacia fines muy claros. En primer lugar, acercarse a las bases socialistas (de ahí su ronda por todo el territorio nacional) y, sobre todo, a los simpatizantes; con el objetivo de afianzar principalmente el voto de estos últimos, tendente a la abstención o al blanco.

En segundo lugar, el ataque directo al PP y a sus dos cabezas visibles, Mariano Rajoy y Soraya Sáenz de Santamaría. Con el primero lo tiene más fácil; dado el carácter batallador y de exquisita parlamentaria de la líder popular. Por ello, el gallego centra el discurso del todavía vicepresidente del Gobierno, como hiciera la semana pasada en varias de sus respuestas a las preguntas dirigidas desde la bancada de la oposición. Rubalcaba sabe dónde está la llaga del candidato a la Moncloa, y ansía meter el dedo y ahondar en esa herida. La falta de decisión de Rajoy, la incapacidad de trazar las líneas claras de su programa y esa imposibilidad de definirse definitivamente en grandes temas.

El número 2 de ZP quiere al presidente del principal partido de la oposición en la tribuna de prensa (tras sus continuos escaqueos en el último año y sus contestaciones difusas), respondiendo a cuestiones que pueden generar rechazo social. Hablando en plata, Rubalcaba quiere que Rajoy se moje en temas como el matrimonio homosexual (y la posibilidad de revocarlo en el caso de llegar a la Presidencia), el recorte de las pensiones, la ampliación de la edad de la jubilación, la reforma del sistema educativo y sanitario, de la ley de libertad religiosa y de la Ley de Memoria Histórica. Ansía que diga lo qué hará en el caso de que la Cámara Baja le invista definitivamente como Jefe de Gobierno.



El candidato socialista tan sólo desea que el PP enseñe sus cartas, porque considera seguramente que las posturas ideológicas de éste pueden restarle votos a los populares del arco del centro-izquierda y empujar a las urnas a unos votantes adormecidos (o, mejor dicho, indignados). Rubalcaba quiere acabar con esa postura adoptada por los populares desde que empezó la crisis: que el PSOE se desinfle por los efectos de la coyuntura.

De ahí que el único candidato de la primarias socialistas haya declarado que al PP no se le gana ya con la antigua tesis del Doberman. Hay que parar de elucubraciones sobre qué hará la oposición de llegar a la Moncloa y pasar a la fase de criticar lo que hará, porque el PSOE sabrá entonces efectivamente qué harán los populares. Aún así, algunos de los dirigentes de su partido no parecen haberlo entendido demasiado bien y centran sus críticas al PP en los supuestos duros recortes sociales que acometerá la derecha; recordando de nuevo a ese perro de la época de González.

Uno de los temas preferidos ahora, la posible implantación del mal llamado copago sanitario (que debería denominarse re-pago). El País publica esta semana que Génova pidió a FAES que elaborara un estudio sobre este sistema y, a pesar de que numerosos dirigentes populares han criticado esta opción –entre ellos la líder del PP en Cataluña, Alicia Sánchez Camacho, quien dijo que por el momento no se contempla-, algunos socialistas se empeñan en centrar el debate en que la oposición tiene un programa oculto que no comunicará a lo sociedad, pero que aplicará cuando llegue al Gobierno. Es decir, una mezcla de ese “que viene la derecha” y las teorías de la conspiración tan de moda en este país.

lunes, 27 de junio de 2011

El papel de los minoritarios, según Bono

José Bono, presidente del Congreso de los Diputados: "El PSOE y el PP deberíamos llevarnos mejor, entendernos más y que los [partidos] minoritarios se queden en el lugar que les corresponde... minoritarios. Pinten o no pinten en los títeres, porque en las urnas pintan poco"

viernes, 24 de junio de 2011

De Cospedal 'mendiga' cuatro años más

María Dolores de Cospedal (13 de diciembre de 1965) juega en la política española el mismo papel que Groucho Marx en aquella abarrotada habitación de Una noche en la ópera (1935). Tiene la castellano-manchega la incontenible manía de aguijonear la realidad con comentarios perfectamente rebuscados y afilados, al igual que hiciera en el mundo de Entreguerras el comediante norteamericano. Evidentemente, las diferencias saltan a la legua. Mientras que el estadounidense utilizaba sus imposibles metáforas como instrumentos de reflexión, como una pistola que dispara directamente a la conciencia social; la palabrería de Cospedal tiende más a asimilarse a un arma arrojadiza.

Ella habla y dice, argumentando poco; ella acusa y condena, demostrando poco. Ella apunta con el dedo y espera que otros afirmen detrás toda su verborrea de lengua fácil. Debe haberlo aprendido en algunas de las tertulias donde se dejaba ver mucho, como El gato al Agua de Intereconomía. María Dolores se levantó un día, hará ya cerca de un año, y delante de un estrado repleto de periodistas se le ocurrió definir España como un “estado policial” y acusar al Gobierno de espiar a los populares –sería el Watergate a la hispana, el 'Aguagate' (¡oh! volvemos al gato de Intereconomía)-. “Aceptamos barco”, respondieron algunos reporteros; “pero enséñenos las pruebas”, añadieron. El silencio por repuesta. La líder del PP se dejó ese día los papeles en casa e insistió en sus tesis durante semanas, dejando que el tiempo disolviera unas acusaciones gravísimas; perdidas finalmente en un maremágnum político de dimes y dirites.

Pasaron los meses y De Cospedal volvió a hablar. Esta vez en TVE, en Los Desayunos que presenta Ana Pastor. Ante la insistencia y fuerza de la periodista –un carácter que demuestra cada mañana, independientemente de las siglas que porte el invitado del día que corresponda- acusó a los informativos de la cadena pública de manipulación mediática, de defenestrar al PP en el medio. “Acepto barco”, respondió Pastor (con otras palabras, evidentemente); “demuéstremelo”, añadió. “¡Ah!, ¡no! Hoy tampoco traigo papeles”, dejó entrever la popular entonces, sin aportar un solo dato a su denuncia, sin una sólo estadística, sin un solo argumento.



Al día siguiente, a los responsables de TVE les dio por dar a conocer (como cada mes y como cada vez que muestran sus informes ante la comisión del Parlamento) el minutado que los informativos dedican a cada partido. Curiosamente, esa defenestración brillaba por su ausencia y ambas formaciones acumulaban un tiempo prácticamente similar (tanto de temas beneficiosos como perjudiciales). A Cospedal poco le importó; ella insistió en su tesis y las acusaciones terminaron diluyéndose en el tiempo, perdidas en un maremágnum político de dimes y diretes.

El mundo de la política debe caracterizarse –hablamos de un mundo ideal, cuasi fantástico- por la pulcritud y la responsabilidad. Lanzar acusaciones al vuelo no debe ser gratuito. Si a un periodista que publica una información se le debe exigir la capacidad de demostrar su veracidad; a un líder político aún más.

Aún así, la ahora presidenta de Castilla la Mancha juega (y lo sabe hacer muy bien) desde la oposición un papel de soldado de trincheras. Levanta el fusil y dispara, sin apenas mirar el objetivo y sin ser plenamente consciente de a quién alcanzará la bala. Alguna víctima inocente que pasaba por allí se convierte, por tanto, en un mero daño colateral. Ella hace política de palabra, de dialéctica (y todo ello sin ser una parlamentaria relevante, ya que se mueve mejor entre titulares de prensa y sensacionalismo). Esta semana, apenas unos días después de su investidura, decía a una agencia de noticias: “Mi proyecto necesita ocho años”. Puso así la venda en una herida que no existe todavía; porque esa frase sirve básicamente para enlazar la actualidad con una campaña electoral que no se emprenderá hasta dentro de cuatro años; sirve para decirle a los ciudadanos “oye, si no consigo hacer lo que prometí para este mandato es porque no me votasteis de nuevo”; y sirve para continuar desde el Gobierno haciendo una política de lengua fácil, donde ella realmente se mueve como pez en el agua.

miércoles, 22 de junio de 2011

Abucheos por apartar un crucifijo

Lugar: Almoradí, un pequeño pueblo de 20.000 habitantes de la Vega Baja del Segura, en la provincia de Alicante. Situación: pleno de constitución de la nueva corporación municipal tras las elecciones locales del pasado 22 de mayo. Conflicto: abuchean e insultan a una concejala de EU por apartar un crucifijo cuando juraba su cargo (también se escuchan aplausos).


sábado, 18 de junio de 2011

El PP intenta vetar a los gráficos en Algeciras

Que a los medios de comunicación se les conozca como el cuarto poder, evidemente, demuestra su gran importancia y significatividad. Y, más allá de que tal afirmación sea realmente cierta; quien controle la información -y, por ende, parte de la opinión pública- tendrá ganado en el ring político varios asaltos. Es como saltar a combatir contra un oponente que ya ha sufrido varios derechazos en el estómago y se mueve sobre la lona con el labio y la ceja partida. "La información de hoy es el arma de mañana", dice un refrán popular con toda la razón del mundo.Por ello, básicamente, los gobiernos municipales siguen manteniendo las televisiones públicas en localidades donde resultan totalmente dispensables. Y, por esto, a los dirigentes políticos se les llena la boca en la oposición clamando contra el despilfarro que suponen y la manipulación a la que se somete; y, después, cuando ostentan el baston de mando se limitan a convertir el "digo" en "diego".

Así que en Algeciras, una ciudad con cerca de 120.000 habitantes, el control de la información resulta importantísimo. El PP, ganador de las pasadas elecciones del 22 de mayo, lo sabe. Y, desde el primer momento, intenta manejarla y someterla. De hecho, le faltó tiempo a su máximo representante, José Ignacio Landaluce, para intentar reducir el ámbito de actuación de los periodistas. Cuando todavía ni siquiera había sido nombrado alcalde, decidió que mejor que los fotógrafos no acudieran al pleno de investidura. Para no deslucir el acto, argumentó el popular, que remitió al gabinete de prensa para obtener después la imagen oportuna -evidéntemente, pasada por el filtro consistorial-. No pudo llevar a la práctica dicha idea y tuvo que aguantarse. Y, gracias a ello, los ciudadanos observaron como uno de sus concejales tomó posesión de su acta de edil y sacó a pasear la lengua ¿en dirección? a la bancada socialista e izquierdista. No creo que el Ayuntamiento hubiera captado esa imagen o, al menos, estuviera dispuesto a mandarla a los medios.

Pero ahí no queda la cosa, ya con el PP sentado en la Alcaldía, la semana siguiente se ha caracterizado por bastantes convocatorias de prensa, pero "sólo para gráficos". No vaya a ser que a algún redactor se le ocurra preguntar más de la cuenta, importunando (es decir, haciendo su trabajo) a los nuevos concejales. "La información es poder, aunque dé mucho dolor de cabeza". A Landaluce le dará más de un quebradero de cabeza intentar controlarla toda. No podrá. Resulta imposible. Así que tendrá que aceptar que, antes o después, tendrá que ceder ante ese cuarto poder. Mejor dicho, deberá ceder ante la opinión pública, a la que sirve.

jueves, 9 de junio de 2011

El Titanic II, hundido en su viaje inaugural

No resulta generalmente acertado tentar a la suerte. El destino se las sabe todas y aprovecha cualquier ocasión para jugártela. Si hablas con un actor no le desees "buena suerte", echa mano de recursos más escatológicos y aprovecha la ocasión para embadurnarlo con "mucha mierda". Si eres torero rehusa el amarillo y si te llamas Manolete, ni siquiera te metas en el 'fregao'. Lo cierto es que Mark Wilkinson quiso desafiar al sino y guiñarle un ojo a los supersticiosos. Pero, al final, el tiro le salió por la culata.

Este británico compró un yate monocabina y no pudo resistir la tentación de bautizarlo como Titanic II. Quisieron los dioses que, una vez que salió a surcar los mares, no volviera a atracar. El barco se hundió durante su viaje inaugural, como ya lo hiciera su predecesor en 1912. En esta ocasión tan sólo le costó un buen chapuzón a Wilkinson.

Más información vía The Telegraph y Lainformación

El PSOE perderá dos bastiones: Jimena y Castellar

Muros más altos han caído. Sí, es cierto; pero es que estos eran impresionantes. Curiosamente, Jimena y Castellar lucen en sus escudos heráldicos sendos torreones, símbolos de los dos castillos que presiden ambos municipios desde lo alto. Curioso, porque dichas fortalezas eran gobernadas -y aún lo son, al menos hasta el 11 de junio- por ese contundente puño que siempre agarra una rosa, como los dos grandes bastiones socialistas del Campo de Gibraltar. Ahora, a falta de tres días para la constitución de las corporaciones locales, una buena parte de los ediles del PSOE hacen las maletas. Bye, bye, señores. Se van, previsiblemente y de no cambiar el orden de las cosas. Allí, el reloj marca el momento del cambio, aquel que parecía un espejismo, aquel tan imposible como impredecible.

El PP se hará con el bastón de mando en Jimena. Los populares gobernarán tras fracasar los vacuos acercamientos del PSOE hacia IU. La coalición de izquierdas dijo ayer no, en una asamblea local, a un posible pacto entre ambas formaciones. Dio coherencia así al mensaje repetido durante la campaña electoral, cuando prometió que no llegaría a un acuerdo con ningún otro partido político. De esta forma, de no torcerse nada a última hora, el PP conseguirá ocupar la Alcaldía gracias a los 226 votos de diferencia que obtuvo sobre los socialistas -ambos sumaron 7 ediles, por dos de IU y uno del PA-. Todo los indicios y todas las conversaciones que mantuve en estas últimas semanas así lo pronosticaban. Algunos 'pajaritos' ya me lo decían.

Y todos acertaron. En las filas socialistas se olía el pesimismo, se observaba la resignación y ellos mismos ya hablaban de "regeneración" (incluso antes de manifestarse la asamblea de IU). Desde la coalición de izquierdas insistían y repetían constantemente lo mismo: su apuesta era la de no pactar. Y los populares se mostraban confiados y comenzaron los movimientos necesarios para controlar el Consistorio de manera adecuada -con ofrecimiento, incluso, de formar gobierno al PA-. Desde el inicio de la democracia, en Jimena sólo se han conocido alcaldes socialistas. Muchos años después, el signo político cambiará.

Un efecto similar se producirá en Castellar. Un bastión aún más socialista, si cabe, que Jimena. Como bien afirmaron los representantes de IU y PP tras el 22 de mayo, los castellarenses votaron "por el cambio". Y, desde el primer momento, los dirigentes populares y de la coalición de izquierdas así lo entendieron. Por ello, trabajan desde la semana posterior a los comicios en el mismo sentido: que el PSOE pierda la Alcaldía, a pesar de ganar las elecciones. Las urnas depararon el siguiente resultado: 5 ediles del PSOE, 5 de IU y 1 del PP. La concejala popular es la clave aquí, puesto que la formación necesita su apoyo el día de la investidura.

Primer problema que se planteó: ¿estarían dispuestos dos partidos de ideología tan opuesta a pactar? Señores, Maura ya lo esclareció hace décadas, la política hace extraños compañeros de cama. En este caso no iba a ser menos. Al final, pudo el 'odio' hacia unas siglas que han 'sometido' a la oposición desde la Transición. Y los propios socialistas de Castellar lo sabían desde el mismo instante en que terminó el escrutinio. El propio Francisco Vaca, alcalde de Castellar, no se dignó a responder a los medios -Europa Sur incluido- tras conocerse los resultados electorales el día de los comicios. De hecho, el PSOE no ha intentado entablar conversaciones con el PP en ningún momento. Su dirigente, Pilar Lobato, ni siquiera tiene una llamada de los socialistas invitándole a una charla. En cambio, las negociaciones entre IU y populares llevan ya bastantes capítulos completados. El círculo parece prácticamente cerrado y, de no torcerse ningún reglón, la coalición de izquierdas gobernará. Sobre todo, tras el visto bueno de la dirección provincial del PP a esta maniobra. Todo sea por lograr que ese puño afloje y la rosa caiga por su propio peso.

lunes, 6 de junio de 2011

El estigma perdura tras 30 años

Él aguarda, sentado en la sala de espera de un centro médico, los resultados de los análisis a los que acaba de someterse. Apenas supera los 25 años y, tras mantener relaciones sexuales sin preservativo, las sospechas le empujaron a hacerse las pruebas del VIH. Pongamos, por ejemplo, que se llama Alberto y que es homosexual [...]

[...] Corría el mes de junio de 1981 en San Francisco (California), cuando aparecieron los primeros casos de sida entre la comunidad gay estadounidense. Comenzaba entonces el estigma, el desprecio y las miradas esquivas. Un rechazo que aún continúa. "La percepción social de la enfermedad apenas ha cambiado en 30 años", apunta [...]

[...] También aparecen nuevos perfiles de enfermos, que sorprenden de forma mayúscula a los expertos. En este sentido, se han detectado varios casos de ancianos de más de 70 años que comienzan a tomar viagra y que recurren a la prostitución para satisfacerse. "En los pisos y clubs hay pocas posibilidades de contagio, porque las chicas toman muchas precauciones. El problema está en la calle, sobre todo entre las drogadictas, dispuestas a practicar sexo sin precaución si el cliente lo pide", concluye Antonio.

Extractos de un reportaje publicado en Europa Sur
Foto de Fran Montes (E. S.)

jueves, 2 de junio de 2011

4 Champions, 4 ciudades

20 de mayo de 1992. Tenía cinco os y de aquella final de Champions entre el F.C. Barcelona y la Sampdoria apenas retengo el gol de Koeman y los nombre de la alineación que logró, por primera vez, conquistar la Orejona. En lustros posteriores perseguí con ahinco los cromos y pósters de Guardiola, Stoichkov, Laudrup, Bakero, Salinas y Ferrer; aunque, de ese día de 1992, no recuerdo si vi el partido, dónde me encontraba y, ni siquiera, si ya era culé hasta la médula. Seguramente me hallaba en Tomares (Sevilla), donde vivía por entonces.

17 de mayo de 2006: Tras muchos años de decepciones e impotencia, de lágrimas por ver como caía constantemente el Barça en la máxima competición europea, de observar como claudicaban y fracasaban grandes futboleros como Rivaldo, Kluivert, Ronaldo, Luis Figo, De la Peña, los De Boer, Hagi, Sergi o Amor; por fin el equipo levantó la Copa de Europa. Lo hizo Puyol y yo lo vi en Madrid, en el Colegio Mayor donde estudiaba por entonces. Recuerdo sobre todo el éxtasis del segundo gol, la sensación intensísima que me embargó cuando Belleti introdujo aquella maldita pelota en las mallas. Fue como ver lo imposible, como contemplar lo quimérico. Salté, grité y me emocioné. Nunca más he sentido con el fútbol esa sensación, ni cuando Iniesta consiguió el gol que trajo a España el Mundial.

27 de mayo de 2009: Está vez me encontraba en Bruselas. Los goles de Eto'o y Messi los disfrute -comiéndome las uñas, eso sí, hasta que el árbrito pito el final del partido- en un pequeño bar junto a la Gare de Etterbek. Un pub universitario flamenco, de los poco que había en esta zona (de mayoría francófona, al igual que en el resto de la capital belga). En el mismo escenario donde, algunas semanas atrás, grité como un poseso con el gol de Iniesta al Chelsea. Recuerdo que ese día un amigo y yo éramos los únicos españoles en el bar; y, entre un mar de camisetas y bufandas inglesas, celebré entusiasmado el tanto del de Fuentealbilla. De rodillas y los brazos en alto, mientras el resto del bar miraba. Muchos aplaudieron (serían del Manchester, XD). Y esos mismos tuvieron que sufrir a La Pulga el 27 de mayo. Entonces rieron los del Chelsea.

28 de mayo de 2011: Cuando faltaban apenas un par de minutos para que arrancara la final contra el Manchester, terminé de escribir las crónicas del día. Por ello, la primera parte del partido la vi en la redacción de Europa Sur, en Algeciras. Ataviado con mi camiseta azulgrana, celebré el primer tanto de Pedrito y me resigné por el empate de Rooney. A pesar de esto, la final la viví bastante tranquilo. El Barça estaba jugando muy bien. Y nada tuvo que ver con la final de 2006. Ahora los culés estamos acostumbrados a un éxito mayúsculo, somos -según dicen- el nuevo Ajax de Cruyff, el nuevo Milan de Sacchi, el nuevo Bayern de Beckenbauer. Quizás sea efímero, quizás acabe pronto (seguramente lo hará); pero, ¡joder!, ya llevamos cuatro.