domingo, 9 de noviembre de 2014

Decálogo para "criminalizar" inmigrantes


Once veces. Jorge Fernández Díaz se sentó el pasado 13 de febrero en el Congreso y utilizó hasta once veces la palabra “asalto” para referirse a los saltos de las vallas de Ceuta y Melilla protagonizados por inmigrantes —incluido el que había acaecido apenas siete días antes y que acabó con la dramática muerte de 15 subsaharianos en la tragedia de Tarajal—. Ese término, precisamente, se repite también en los comunicados de Interior, en las notas de prensa enviadas por las delegaciones del Gobierno y, por supuesto, en las sucesivas declaraciones de los cargos públicos de las ciudades autónomas, como Imbroda y El Barkani. ¿Casualidad?

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martes, 21 de octubre de 2014

Paciencia nunca pensó que iba a morir

Paciencia es menudita —su rostro apenas asoma tras un enjambre de micrófonos—, pero su figura emerge enorme con cada palabra. En la mañana de este lunes, sus pasos resultan cortos al adentrarse en la abarrotada habitación donde aguarda casi un centenar de periodistas, pero la dimensión de su zancada se multiplica después con cada recuerdo. "Es horroroso ver cada día cómo tu vecino muere, cómo muere el de enfrente", rememora tras unas gafas negras, con voz pausada y firme. Y sentencia: "Era horroroso escuchar sus gritos". Los de quienes, infectados como ella por el ébola, aguardaban la muerte en camillas estrechas o en colchones tirados en el suelo.


Ocurrió en Monrovia, hace apenas dos meses, en un centro para enfermos localizado a las afueras de la ciudad liberiana, donde se hacinaban los pacientes y compartían hasta 60 un solo baño. Allí se recuperó Paciencia. Paciencia Melgar. La religiosa que se quedó allá —o se dejó allá, según se mire— cuando España repatrió al misionero Miguel Pajares. La hermana que se ofreció a venir acá después, ya sana, para ceder su plasma a otro español, Manuel García Viejo, también infectado por el virus. La mujer que, finalmente, aterrizó voluntariamente en nuestro país y donó su sangre para tratar a Teresa Romero, la primera contagiada de ébola en Europa.

"No guardo rencor a nadie por no haber venido antes a España, cuando tenía el virus. Yo no soy española", recalca ante los atentos reporteros. Y añade a continuación, sin permitir que pase un solo segundo: "Hoy me alegro de estar aquí haciendo el bien". Porque, para ella, natural de Guinea Conakry, eso es lo importante. Lo repite. "Ya he donado dos veces. Pero, si me siguen necesitando, estoy dispuesta a seguir donando por el bien común y para salvar otras vidas".

Suena sincera. Se emociona. Y vuelve a recordar esas semanas de vida —de supervivencia, mejor dicho— en el centro de aislamiento para infectados por el virus, a donde llegó tras echarse a la espalda más de 11 años como misionera en Monrovia, trabajando en el hospital de San José. Paciencia deja claro que, durante aquellos días, no pasó miedo. Que "somos hombres y mujeres de Dios". "Que confiamos en un Dios-amor que entregaba su vida por los demás". Que eso le daba fuerzas.

Paciencia, insiste, en ningún momento pensó que iba a morir.

jueves, 18 de septiembre de 2014

Estampas madrileñas (VIII)


Estampas anteriores:
- Estampa VII: El domador de Lavapiés: "-¡Aquí tenéis al domador que se comió un brazo del león! -¡Será al revés! -No, señor."
- Estampa VI: Belén chulapo: "Estar contra lo ya pensado, contra la tradición, de la que no se puede prescindir, pero en la que no se puede confiar"

miércoles, 27 de agosto de 2014

La inmigración no es un problema


Las pateras han vuelto al Estrecho de Gibraltar camino de Europa. A un ritmo nunca antes conocido. Y, con ellas, la inmigración irregular ha regresado en pleno agosto a las portadas de los periódicos y a los titulares de los informativos de televisión y radio. Por tercera vez este año: tras las muertes de la playa de Tarajal (Ceuta) y el aumento del número de saltos en la valla de Melilla. Pero, pese a esa mayor exposición pública y "al alarmismo del Gobierno" —en boca de las ONG—, los españoles tienen muy claro que la inmigración no es uno de los principales problemas del país.

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viernes, 4 de abril de 2014

"Cuando amplié la foto, vi que no era un avión"

 
Un punto en el mar ha llamado la atención de Javier Celard esta tarde. "Iba en coche por la autovía cuando he visto lo que parecía un avión", explica por teléfono este fotógrafo amateur de 33 años, residente en Gran Canaria y natural de Vigo. En ese momento, no lo ha dudado. Se ha dirigido rápidamente a su casa, ha cogido la cámara y ha vuelto a la costa. "Apenas he tardado diez minutos". Entonces ha observado el inmediato despliegue de los servicios de emergencias. "Había un barco de Salvamento Marítimo que, en cuanto ha llegado hasta el supuesto avión, se ha dado la vuelta; un helicóptero de la policía; efectivos y ambulancias, de Cruz Roja y Protección Civil", explica este aficionado al surf. Y en ese instante de confusión ha disparado. "En cuanto hice la foto y después la amplié, evidentemente vi que no se trataba de un avión", sentencia.

miércoles, 26 de febrero de 2014

Estampas madrileñas (VII)



Estampas anteriores:
- Estampa VI: Belén chulapo: "Estar contra lo ya pensado, contra la tradición, de la que no se puede prescindir, pero en la que no se puede confiar"

lunes, 24 de febrero de 2014

Resulta que no eran las películas

El patio de butacas es un estado de ánimo con el silencio como emblema, como marca de identidad. Pero un silencio engañoso y falso. Un mutismo mentiroso y tramposo. Porque en la sala, en ese espacio donde el haz de luz proyecta sueños de otros, el sigilo se transforma en un objetivo falaz e inalcanzable. Allí se intuyen los cuchicheos de las parejas en las comedias románticas -"¡mira, como nosotros!", parece que se dicen mientras el chico conoce chica, chico se enamora de chica, chica rechaza a chico, chico insiste a chica y chico finalmente conquista a chica-; también se escuchan los gritos (muchos agudos) en películas de terror, donde algunos adolescentes se desgañitan y otros, en cambio, aprovechan la oscuridad para intuir la vida. 


También allí se perciben las respiraciones aceleradas en los thrillers, en el cine negro y en el género de suspense: "¡Cuidado, que llega el asesino!". Y, por supuesto, se oyen las risas, los aplausos y los vítores con el cine de aventuras. Como cuando Harrison Ford, Sean Connery, John Rhys Davied y Denholm Elliott -Indiana Jones, Henry Jones, Sallah y Marcus Brody, respectivamente, en La última cruzada (1989)- se despiden a caballo en una escarpada Petra, alejándose al galope y dejando en el aire esa famosa frase: "¿Indiana?... ¡Te pusieron como al perro!". 

El cine sigue vivo, aunque preludien su muerte. Porque todavía, por mucho que lo intenten, el ordenador, las tablets y los iphones no consiguen crear el aura que regala el patio de butacas. Aún así, es cierto que desciende el número de espectadores. 2013 cerró con una recaudación de 500 millones de euros aproximadamente, según datos de El País. Cifra que supone una caída de 114 millones respecto a 2012, y de 135 millones en comparación con 2011. Pero, ¿a qué se debe? ¿El público prefiere el salón de su casa a la pantalla del multicines? 

Más bien, pongamos que es una cuestión de euros, de dinerito, de rascarnos el bolsillo, de tarifas desorbitadas, de precios por encima del punto que debería fijar la Ley de la Oferta y la Demanda. ¡Ay!, si Adam Smith levantara la cabeza y viera cómo esa mano invisible del mercado es incapaz de autorregularse, si observara cómo los distribuidores rechazan cualquier alternativa a un modelo obsoleto. Y es que sus argumentos, la de los autoproclamados dueños de este negocio, se desmontaroncuando llegó la Fiesta del Cine: del lunes 21 al miércoles 23 de octubre, con las entradas a 2,90 euros. Más de 1,5 millones de espectadores decidieron entonces que sí verían encenderse el proyector. Siete veces más de público que los mismos tres días de la semana anterior. "Resulta que no eran las pelis o la comodidad del hogar, sino el precio", concluye el periodista Gregorio Belinchón

Sus soflamas contra la piratería se fueron por el retrete. Ya no valían las excusas de siempre. Ya no podían proclamar que si un chaval se descarga una película por internet no irá a verla al cine; porque, aunque se la baje de la web, puede que ese joven nunca hubiera acudido a verla a las salas. Porque, con 2013 como ejemplo, como defender que no es un timo cobrar más de ocho euros por filmes como Iron Man 3, El hombre de acero o La Jungla: un buen día para morir

El silencio como emblema. Ese continúa siendo el truco. Ahí sigue la magia. Escondida entre la oscuridad, entre los murmullos. La sala sigue mandando, sigue imponiéndose. Quizás, no para siempre. Pero, por ahora, al menos, ahí anda. Porque, allí dentro, el tiempo no pasa. O, al menos, pasa mucho más lento.

Último artículo para la revista Nuestro Ambiente (Montilla)

sábado, 1 de febrero de 2014

España marcha atrás: "La clase media adelgaza"


Casi un mes de trabajo. Recorriendo las calles, escudriñando informes, conversando con expertos, charlando con la gente. Un equipo de 13 periodistas, entre los que me encuentro, ha trabajado en este especial con un solo objetivo: saber qué nos ha dejado la crisis. Y, a la hora de sacar la principal conclusión, lo ha tenido claro. Una España marcha atrás. Esta es una nación donde los hijos tienen que aprender a vivir peor que sus padres; donde uno de cada cinco ciudadanos vive por debajo del umbral de la pobreza; donde la emigración vuelve a dispararse; donde la clase media disminuye; y donde los recortes sociales acentúan las diferencias entre los ricos y menos afortunados, entre el norte y el sur del país.

La 'home' del especial: 
- Una España marcha atrás

Varios artículos:
- La clase media adelgaza                                                    - Radiografía de la clase media
- Un abismo se abre entre dos Españas                               - Atrapados bajo el mismo techo
- Separadas por la crisis                                                          - Cuando fuimos clase media
- Empresas, del oro al barro                                                    - Fagor desmonta Mondragón
- Silencio en los colegios mayores                                       - "¿'Startup'? Es algo dulce, ¿no?"
- El largo camino de la maleta de cartón al Skype              - El cementerio de los campeones
- "Hay un tipo de teatro censurado por la crisis"                           - Emigrantes en la sombra

Los autores:
- Los 13 periodistas

martes, 21 de enero de 2014

Los otros "inocentes" del presidente Mariano Rajoy


Mariano Rajoy, poco dado a regalar titulares a los periodistas, ha conmovido en la noche del lunes al respetable cuando ha decidido recogerse los calzones y meter el pie en un charco. "Estoy convencido de la inocencia de la Infanta, le irá bien", ha sentenciado. Y punto. Palabra de presidente. A Gloria Lomana se le ha erizado el vello de la emoción en el plató de Antena 3. Y los reporteros se han lanzado a Twitter para intentar adelantarse al adelantado y meter tal aseveración gubernamental en 140 caracteres. Pero, válgame la hemeroteca, que recuerdo a nuestro arrendatario de La Moncloa otras afirmaciones parecidas e idénticas: Camps, Bárcenas y Fabra. Todos ellos ya recibieron el apoyo paterno del líder del PP. Aquí los otros "inocentes" de Rajoy:

- 11 de julio de 2008. "Fabra es un ciudadano y un político ejemplar para el PP": Corrían malos tiempos entonces para Mariano. Acababa de perder sus segundas elecciones consecutivas contra Zapatero y, el secretario general de los populares, buscaba el apoyo de los barones del partido. Así que, metido en faena, emprendió camino hacia Castellón; y, allí, visitó el puerto y cenó con los militantes en el Gran Casino de la ciudad. Una oportunidad que no perdió para referirse al entonces presidente de la Diputación con tan honrosas palabras. Fabra, ese "político ejemplar", se encuentra condenado a cuatro años de cárcel por defraudar a Hacienda 700.000 euros

- 2 de abril de 2009. "Nadie podrá probar que Bárcenas no es inocente": Entonces, en abril de 2009, el líder del PP y su tesorero sí se escribían SMS. No como ahora, según ha reconocido el presidente del Gobierno en la entrevista de Antena 3. Rajoy se reunió ese 2 de abril con el Grupo Popular vasco en la sede de la Cámara de Vitoria y, a su salida, no dudó en defender a Bárcenas (salpicado por la trama Gürtel, aunque todavía sin imputar). Aún  nadie sabía que el destino depararía una venganza en forma de Los Papeles y que el extesorero terminaría durmiendo en prisión.

- 4 de junio de 2010. "Para mí, Camps es inocente": Un jurado popular determinó en 2012, por cinco votos a cuatro, que el expresidente de la Generalitat era inocente del delito de cohecho impropio por el caso de los trajes. Pero, a pesar de su absolución, el PP le impuso la condena de desalojarlo del poder en Valencia y mandarlo a la segunda línea de la política. Rajoy lo defendió en junio de 2010 en Almería y, hasta ahora, ningún tribunal le ha condenado. Eso sí, los escándalos le cercan: el juez Castro le ha citado para declarar como testigo por el caso Nóos, hasta siete consejeros de su etapa han sido imputados por la trama Gürtel y el PP pagó en negro el congreso que eligió a Camps.

Foto de Rajoy: Luis Sevillano (El País)

sábado, 18 de enero de 2014

"Madrid a fuego con #Gamonal"

Aprietan filas al llegar a la cuesta de Moyano. Los seis chavales que han asumido el papel de cabecillas se agarran, desafiantes, los brazos. Detrás casi 100 personas. Y, enfrente, una línea de antidisturbios que permanece clavada ante ellos. Los jóvenes parecen decididos. Van a atravesar ese frente, a pesar de que el mando policial ha acordado que se acabó el desfile por la calle de Alfonso XII; y que, si quieren continuar, los manifestantes -reunidos a las ocho de la noche en Sol- deberán bajar por la cuesta. Finas gotas de lluvia mojan las pancartas, a un lado; y los cascos, al otro. Un grito irrumpe: "¡Seguimos por aquí!". Y los congregados arremeten contra los agentes. Empujones. Vuela una piedra. Sacan las porras. Cae un golpe. Y cuatro policías se llevan a los furgones a los dos primeros retenidos. Esto es el Efecto Gamonal, que ha dejado en la noche del viernes cinco detenidos en la capital.


Las protestas por la construcción del bulevar se han extendido por varias localidades de España. Ni siquiera el alcalde de Burgos, Javier Lacalle, consiguió calmar los ánimos cuando a las seis de la tarde de ayer anunció que renunciaba al proyecto. En las calles, realmente, se protestaba por otra cosa. "Nos quitan la Sanidad, nos bajan las pensiones y los jóvenes se tienen que ir fuera", comenta Carmen, de 59 años, ataviada con un abrigo de pieles marrón, mientras sube por la calle de Montera junto a los manifestantes. A las ochos se concentraron en Sol. Media hora después emprendieron la marcha hacia Gran Vía, donde unas 250 personas cortaron el tráfico y enfilaron hacia Cibeles y la Puerta de Alcalá. De ahí, a la cuesta de Moyano.

"Madrid a fuego con #Gamonal. La chispa que enciende la revolución", reza una pancarta. Guillermo, de 19 años y vecino del barrio de Moratalaz, es uno de los dos hombres que la portan. "Estamos aquí como muestra de rechazo a la represión policial de estos días", apunta el joven, estudiante de Ciencias Políticas, que viste con deportivas negras, pantalón de chándal gris y chaquetón negro. A su lado, un sexagenario se lía un pitillo, levanta el puño derecho y grita "La lucha es el único camino". Cuando se le pregunta por su nombre, se escabulle entre la masa. "Yo no hablo con la prensa", masculla.


La tercera jornada de protestas consecutivas en España se ha saldado con una veintena de detenidos en varias ciudades. En Madrid, a las diez y media, los antidisturbios arrestan a uno de ellos. Tras los enfrentamientos en la cuesta de Moyano, la policía ha rodeado a unos 70 manifestantes y los ha ido identificando con el objetivo de dispersarlos. Uno a uno iban marchándose. Pero un pequeño grupo volvió a concentrarse en la calle de Alfonso XII. Entonces volvieron las carreras y los incidentes; que acabaron con un joven esposado, rodeado por agentes y sentado en el bordillo de la acera de la calle de Espalter. Se lo llevan a los calabozos.

"Me pegaron y casi me detienen el jueves", comentaba Catalina, de 22 años, un par de horas antes en Sol. Estuvo en los tres días de protestas. "La violencia la ejercen quienes llevan porras", añade la chica, con el pelo teñido de rojo. Junto a ella, Carla, de 29 años, vecina de Lavapiés y profesora de Lengua en un instituto: "La paralización de las obras de Gamonal demuestra que protestar sirve para algo".