A menos de un mes para que concluya 2010, ya podemos decir que este año fue el de Wikileaks y el de Julian Assange -y seguro que la revista Time los tiene muy en cuenta a la hora de diseñar su portada con el gran personaje del año-. Lo cierto es que el periodismo ya no se concibe de la misma forma que a finales de 2009. Las fronteras se rompieron aún más en este mundo universalizado de la información, en esta nación sin aranceles denominada internet. Además, la realidad parece hallarse más cerca del usuario o, al menos, a una distancia de menos clics de ratón. El planeta cambia a una velocidad endiablada y con ella sus ciudadanos. Así vivió la redacción de El País [aquí el vídeo] el momento de colgar en la red sus documentos flitrados (junto a otros cuatro medios de sendos países) y así pudo verse:
Por otro lado, el secretismo en torno a Assange en el escenario español es prácticamente absoluto. Es cierto que su rostro ya forma parte del imaginario público (y que hemos podido leer alguna entrevista en los medios), pero sus comparecencias en la televisión brillan por su ausencia. También es complicado hallar una ponencia con subtítulos en español, aunque en el siguiente vídeo tenemos la opción de integrarlos. Es una conferencia fabulosa e imprescindible para cualquier periodista.
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