miércoles, 17 de noviembre de 2010

La pobreza de las Fundaciones

Convertir las Fundaciones en negocio es una práctica más que habitual de los ayuntamientos de este país de piel de toro. Aquí, en España, rige un sentimiento despreciable, que aceptan gobernados y gobernantes sin mucha discusión. En esta nación, donde nos preocupamos más de apellidos y contratos absurdos, el dinero público se maneja sin miramientos, sin un control riguroso de las administraciones inmediatamente superiores. Y, como decía, la Fundaciones se convirtieron en el instrumento más utilizado por los Consistorios para repartir el presupuesto entre los "amiguetes". Porque crear este tipo de instituciones supone maquinar la excusa perfecta para colocar a muchos. Hay que poner un presidente, vicepresidente, consejeros y un largo etcétera. Además, también se diseña una nueva plantilla, cuyos salarios correrán a cargo del Gobierno municipal.

En ciertos casos, todo esto se embadurna con un sentimentalismo exacerbado denominado Asuntos Sociales. Un término en el que cabe prácticamente todo. Y es que, al final, el dinero termina gastándose en sueldos; y no en los fines para los que se destinan. Pongamos un ejemplo claro: que puede ampliare con el reportaje Pobre Algeciras. El Ayuntamiento de esta ciudad cuenta con la Fundación de Igualdad y Bienestar social; con un presupuesto anual superior a los 4 millones de euros. Pues bien, esta entidad gasta el 44% de dicho montante en las nóminas de sus trabajadores. De hecho, y este es el dato más relevante, de cada euro invertido sólo 27 céntimos llegan como máximo a los más desfavorecidos. ¿Esta situación es admisible?

1 comentario:

  1. La última hazaña de Sostres:
    http://www.elpais.com/articulo/sociedad/gustan/chicas/jovenes/punto/tension/sexual/elpepusoc/20101117elpepusoc_1/Tes

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