lunes, 25 de marzo de 2013

La cara y la ceja del señorito, y el recuerdo de Ávila

Los políticos, como los animales, se vuelven más peligrosos cuanto más heridos se encuentran. Observen a Bárcenas, ejemplo perfecto de esa fauna. El PP teme que sus últimas bocanadas públicas acaben con la estructura popular montada tras la caída del zapaterismo. Rajoy y sus acólitos se muestran prudentes, expectantes y algo temerosos. Toca arriar velas y luchar contra la tempestad. Por ello, a nadie debe extrañarle que, cuando la Tormenta Perfecta arrecie de verdad, se sucedan las manifestaciones más demagógicas, populistas y revanchistas (entre ellos y contra el adversario común). Será el síntoma de que la guerra ha comenzado realmente. De hecho, al otro lado de la línea, el PSOE-A ya vivió su particular capítulo. Y lo hizo en plena carrera electoral hacia el palacio de San Telmo. Una pugna que acabó hace un año exacto.

Porque, antes de llegar a la meta, los socialistas andaluces andaban perdidos y con la picha hecha un lío. Tras décadas de victorias contundentes y culos pegados a los asientos de la Junta, las encuestas y la realidad -los comicios locales y las elecciones nacionales anteriores- parecían dejarlos fuera del Gobierno. En plena restructuración interna a nivel español, con sus líderes peleándose y en busca de una nueva corriente ideológica a la que abrazar; fue cuando se hizo más evidente la aflicción del PSOE-A. Y, cual animal amedrentado, los dirigentes del partido se lanzaron a la yugular de su adversario. Ya saben, tocaba sacar a pasear ese Bóxer de González; el cual, traducido a su versión andaluza, se transforma en un señorito a caballo. Y Antonio Ávila, entonces consejero de Economía, echó mano de la dialéctica y el desprestigio: “Estoy deseando que llegue el día 25 para verles las caras. Quiero verle la ceja al señorito”. Y llegó el 25, ganó el PP las elecciones, pero no logró la mayoría suficiente para sentarse en San Telmo. Y Ávila pudo ver sus ansias cumplidas. Pudo ver la cara y la ceja "del señorito": 


No hay comentarios:

Publicar un comentario