sábado, 10 de marzo de 2012

CIS: El 'des-ilusionador'

"En un lugar más recogido de lo habitual". Así, con esas palabras, comenzaba un periodista radiofónico su crónica sobre el arranque de campaña de Javier Arenas. El PP eligió Algeciras para afrontar los últimos metros de la carrera y, para ello, se decantó por un pequeño edificio municipal de la ciudad campogibraltareña, llamado La Escuela. Unas 200 personas acudieron a la cita y llenaron el inmueble. Entre otros, hasta el enclave se acercaron alcaldes de toda la provincia gaditana; y la delegada del Gobierno de Andalucía, Carmen Crespo. Y, por supuesto, tampoco faltó Antonio Sanz, el principal escolta del líder popular.

Lo cierto es que el ambiente se encontraba algo enrarecido. La encuesta del CIS parecía que había dejado tocado a algunos. Al menos, así lo percibí. He vivido actos del PP -en anteriores procesos electorales- mucho más efusivos. Y, desde luego, considerando que el pasado jueves se representaba el comienzo de la campaña más importante de la historia del PP-A; me pareció escaso el revestimiento que se le dio al evento. Quiero dejar claro que fue una impresión personal. Evidentemente, habrá quien lo viviera de forma distinta.

Aún así, las palabras de Antonio Sanz también me invitaron a pensar que el CIS había dañado, en cierto grado, la moral de los populares. El cabeza de lista por Cádiz llegó a dirigirse a Arenas en estos términos: "Javier, lleguemos a donde lleguemos" o "Después de mis hijos, los años de trabajo contigo es lo más importante que me ha pasado en la vida". No podría llamar derrotistas a sus declaraciones y gestos; pero sí los denominaría desilusionantes, como si el pesimismo le hubiera embargado, como si el camino hasta San Telmo ya no estuviera tan claro y despejado.

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