lunes, 1 de agosto de 2011

Esclavas del Estrecho

De las zonas rurales de Nigeria a los prostíbulos de Cataluña y Madrid. Del desierto del Sáhara a las carreteras secundarias de Barcelona, Sevilla y Bilbao. De los golpes, amenazas y violaciones a la prostitución. De África a Europa. La mayoría de prostitutas inmigrantes que sobreviven en España son de origen nigeriano. Lo dicen las estadísticas oficiales e instituciones como Médicos del Mundo. Una situación que responde, básicamente, a que las mafias de dicho país se encuentran perfectamente organizadas y sus tentáculos ya se han implantado en buena parte de la Península Ibérica.

Sus historias reflejan el verdadero drama de la inmigración. Una coyuntura que sufren sus protagonistas, los más débiles. En época de crisis, de odio al extranjero, de xenofobia exagerada e injusta; ahora, más que nunca, debe recordarse que estas personas sólo buscan en el Viejo Continente algo tan simple como una oportunidad, una vida mejor o comer todos los días.

Fuente fotográfica: El Mundo

En una serie de reportajes publicados en Europa Sur logramos plasmar el testimonio de estas nigerianas, arribadas a Europa a través del Estrecho de Gibraltar. Antes de llegar a España, atravesaron el desierto del Sáhara y sufrieron abusos, amenazas y violaciones. Después, una vez en nuestro país, les esperaba la extorsión y la explotación sexual forzada. En esto, el vudú juega un papel fundamental a la hora de atemorizarlas.

"A una de mis amigas la dejé en el desierto de Marruecos. Íbamos juntas. Ella estaba muy cansada, no podía andar. El resto de personas me dijo ¡ven, ven, vamos!. No podíamos esperar por ella. Yo lloraba. La dejé. Ella murió. No sé", explica una de estas mujeres. "El desierto es muy peligroso. Aunque no hagas nada malo, ellos [en referencia a los tratantes] te golpean. Ellos violan mujeres. Tú no dices nada porque es el desierto. Si hablas, te matan", explica una nigeriana afincada en Cataluña. "Te comes tu mierda, te bebes tu orina", recalca otra.

Reportajes:
- Esclavas del Estrecho
- Supersticiones, amenazas y vudú para explotarlas

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