La gilipollez del Arca de Noé

Esta semana los periódicos de medio mundo se hicieron eco del supuesto descubrimiento, por parte de un grupo de investigadores evangélicos -evidentemente neutrales (¿?)-, del Arca de Noé. !Sí señores! Ni más, ni menos. No estamos hablando de un barquito cualquiera que se le parezca; sino de la mismísima nave que Yahvéh recomendó construir a Noé para no ahogarse en ese famoso Diluvio Universal.

Y que coincidencia que la han encontrado en el Monte Ararat, una zona que las autoridades turcas tratan de impulsar turísticamente. ¡Que coincidencia! Porque mira que la Biblia no especificaba mucho, que decía que Noé encalló en los "montes de Ararat". Es decir, en una región que se extendería por todo el territorio que actualmente ocupan Rusia, Irán, Turquia e Iraq -como muy bien explica Javier Cavanilles en El Arca de Noé y la flauta de Bartolo-.

Pero, al final, como siempre, cada loco termina casado con su tema, obsesionado y no queriendo ver las evidencias científicas. Ya que, además de todo esto, los descubridores sostienen que localizaron los restos de una estructura de madera construida, según calculan, hace 4.800 años. Si es que para ellos, no vale nada lo que digan los expertos, como Orhan Bingol, profesor de arqueología turco: "Para preservar restos de madera de esa antigüedad se deberían haber conservado en un entorno sin oxígeno, algo que no es el caso en esa montaña".

Y es que muchos sostienen que el Diluvio Universal existió porque en el Monte Ararat se han encontrado fósiles de conchas. Aunque llamativamente, las fechas no coinciden mucho. "Estos restos marinos hallados allí tienen millones de años de antigüedad". Porque... 4.800 años y 2 millones no se parecen mucho verdad -como se parece esto al culebrón de la Sábana Santa, ¿no?-.

Si es que todo son intereses económicos. "El monte Ararat es la octava maravilla del mundo. Esperamos una explosión del turismo religioso. Ese puede ser el camino para acabar con los problemas de desempleo de nuestra región", afirmó a la prensa Hasan Arslan, alcalde de Agri, el municipio en el que se encuentra la montaña en la que, según la Biblia, encalló el arca de Noé (un señor que supuestamente tenía 600 años).