La palabra "fucking" ha provocado en Austria una sonada polémica. Y es que este vocablo tiene allí otro significado que el que le daría cualquier persona que supiera un poquito de inglés. Porque en el país centro-europeo, Fucking es una pequeña localidad de apenas cien vecinos, de la que una empresa cervecera trató de obtener cierto beneficio económico.
Dicha compañía presentó a la Oficina de Armonización del Mercado Interior de la Unión Europea (UE) una propuesta en la que pretendía ponerle a una de sus cervezas el nombre de "Fucking Hell" -que en inglés significa "jodido infierno" y en alemán "rubia de Fucking"-. Un juego de palabras que fue rechazado en primera instancia por la entidad comunitaria al considerarlo ofensivo; pero que, tras las alegaciones de la cervecera (en las que indicó que la denominación elegida se debía a que el producto se fabricaba en dicha localidad austriaca), la organización europea le dio el visto bueno.
Pero lo cierto es que en el pequeño municipio nadie tiene constancia de la existencia de una fábrica de rubia. De hecho, el alcalde de Fucking, Franz Meindl, lamenta que esta compañía utilice tal argumento cuando allí no hay ninguna cervecera que prepare el brebaje de cebada.
Pero lo cierto es que en el pequeño municipio nadie tiene constancia de la existencia de una fábrica de rubia. De hecho, el alcalde de Fucking, Franz Meindl, lamenta que esta compañía utilice tal argumento cuando allí no hay ninguna cervecera que prepare el brebaje de cebada.
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