El señor Fog dio la vuelta al mundo en ochenta días -de hecho, en 79- utilizando para ello fundamentalmente el ferrocarril, el gran medio de transporte del siglo XIX y XX. Ahora, ya en el XXI, el avance de la aeronáutica ha modificado absolutamente las conexiones interplanetarias. De Jerez a Madrid son 45 minutos en avión, de Madrid a Bruselas dos horas, de Bruselas a Praga tres, etc. Las distancias son más relativas que nunca. Eso sí, hasta que llegó el volcán islandés y devolvió a la Tierra a 1910. Los trenes, ferrys y autobuses fueron entonces los grandes salvadores. Y los medios lo explicaron mejor que nadie. Un buen ejemplo: "La semana en la que Europa retrocedió noventa años" de Teresa Guerrero en El Mundo.
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