Andalucía se asoma al 2012 con el nivel de paro más alto de España. De no lograr poner coto a esta sangría, 1.248.500 desempleados –número con el que se cerró el cuarto trimestre de 2011- acudirán a las urnas. En sólo un año, la región destruyó casi 100.000 puestos de trabajo y la tasa de población que no encuentra ocupación ascendió hasta el 31,23%. Por tanto, separar los vocablos “elecciones” y “paro” resultaría ridículo.
Precisamente así, ridículas, suenan todas las declaraciones que infravaloran el drama que esconden esas cifras. “En Andalucía apenas ha aumentado el paro. Los datos no son halagüeños, pero son mejores en términos comparativos que en el conjunto de España”, dijo Griñán tras conocer la última EPA. Resignarse a tal realidad demuestra el fracaso de la política en estos menesteres. Sobre todo ahora, cuando las siglas del PP lustran Madrid –allí donde lo hiciera ZP- y las del PSOE hacen lo propio en Sevilla. Así que ahora, precisamente, las culpas toca repartirlas. Y, aunque todos intenten tirar balones fuera –patadón bien lejos, a lo Clemente-, las excusas de “herencias recibidas” y “crisis de nivel internacional” no satisfacen al ciudadano.
Por tanto, elecciones y paro. Estos dos vocablos resultan inseparables en estos momentos, a menos de dos meses del 25-M. De hecho, injusto sería que el desempleo no jugara un papel determinante a la hora elegir el color de la papeleta. Quizás, debiera ser concluyente. Eso ya depende de cada uno.
Precisamente así, ridículas, suenan todas las declaraciones que infravaloran el drama que esconden esas cifras. “En Andalucía apenas ha aumentado el paro. Los datos no son halagüeños, pero son mejores en términos comparativos que en el conjunto de España”, dijo Griñán tras conocer la última EPA. Resignarse a tal realidad demuestra el fracaso de la política en estos menesteres. Sobre todo ahora, cuando las siglas del PP lustran Madrid –allí donde lo hiciera ZP- y las del PSOE hacen lo propio en Sevilla. Así que ahora, precisamente, las culpas toca repartirlas. Y, aunque todos intenten tirar balones fuera –patadón bien lejos, a lo Clemente-, las excusas de “herencias recibidas” y “crisis de nivel internacional” no satisfacen al ciudadano.
Por tanto, elecciones y paro. Estos dos vocablos resultan inseparables en estos momentos, a menos de dos meses del 25-M. De hecho, injusto sería que el desempleo no jugara un papel determinante a la hora elegir el color de la papeleta. Quizás, debiera ser concluyente. Eso ya depende de cada uno.
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