Que muchas personas no están bien de la cabeza, ya lo sabíamos. Y que las redes sociales incrementan la 'locura' también. Ahora bien, el seguimiento en Twitter a personajes públicos está alcanzado cuotas surrealistas. Aquí un claro ejemplo. Eduard Punset, sin haber hecho todavía ningún tuit, ya contaba hoy con más de 8.000 seguidores y lo habían incluido en 116 listas. Yo creía que el objetivo de seguir a alguien en esta plataforma era conocer mejor sus pensamientos... no su silencio.
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