Hace un par de meses, la prensa inglesa se hizo eco de la escandalosa y degenerada situación que atraviesa actualmente la prensa deportiva en España. En concreto, por no generalizar, un artículo de Sid Lowe hacía hincapié en los diarios en papel As, Marca, Sport y Mundo Deportivo. A grandes rasgos, el periodista resaltaba el fanatismo exacerbado de las cuatro publicaciones, con un carácter pro-madridista y pro-barcelonista absolutamente marcado, evidente y del que se vanaglorian cada uno.
En el análisis, se recalca el claro enfrentamiento entre estos periódicos y su absoluto desprecio hacia cualquier intento de acercarse a la verdad; ya que están más preocupados por ensalzar una bandera y enfundarse una camiseta de colores claramente identificables. Aunque, evidentemente, esto no quiere decir que no existan en ellos magníficos profesionales. Hablamos, claro está, de la línea editorial.
Y es que esta situación ha convertido estos medios en mera propaganda, ansiosos por los dimes y diretes y por calificar al adversario -ya sea el Barça o el Madrid- como el malo de la película. De hecho, seguramente, en los últimos años hemos vivido los enfrentamientos entre ambos equipos más tranquilos desde que arrancara el siglo; pero, en cambio, en las portadas de estas publicaciones se han recogido repetidos insultos y actos de menosprecio [como muy bien recoge en muchas ocasiones el blog La libreta de Van Gaal].
Pero esta semana Marca y El Mundo Deportivo ofrecieron un nuevo capítulo más de este enfrentamiento, que raya el surrealismo y convierte al periodismo en un instrumento al servicio del barriobajerismo. Un día despues de que el periódico catalán sacara en portada que supuestamente Pepe escupió a los jugadores del Barça en el pasillo de vestuarios; el diario madrileño contraatacaba y acusó a Piqué de menospreciar e insultar a sus adversarios -un hecho que negó después el futbolista en Twitter-. Lo curioso es que, ninguno de los dos periodistas nombra la fuente. Es decir, se vierten acusaciones gravísimas que atentan contra el honor de varias personas y nadie da la cara. Esta práctica, que debe ser utilizada en casos extremos, se ha vuelto demasiado habitual en dichos medios.
En el análisis, se recalca el claro enfrentamiento entre estos periódicos y su absoluto desprecio hacia cualquier intento de acercarse a la verdad; ya que están más preocupados por ensalzar una bandera y enfundarse una camiseta de colores claramente identificables. Aunque, evidentemente, esto no quiere decir que no existan en ellos magníficos profesionales. Hablamos, claro está, de la línea editorial.
Y es que esta situación ha convertido estos medios en mera propaganda, ansiosos por los dimes y diretes y por calificar al adversario -ya sea el Barça o el Madrid- como el malo de la película. De hecho, seguramente, en los últimos años hemos vivido los enfrentamientos entre ambos equipos más tranquilos desde que arrancara el siglo; pero, en cambio, en las portadas de estas publicaciones se han recogido repetidos insultos y actos de menosprecio [como muy bien recoge en muchas ocasiones el blog La libreta de Van Gaal].
Pero esta semana Marca y El Mundo Deportivo ofrecieron un nuevo capítulo más de este enfrentamiento, que raya el surrealismo y convierte al periodismo en un instrumento al servicio del barriobajerismo. Un día despues de que el periódico catalán sacara en portada que supuestamente Pepe escupió a los jugadores del Barça en el pasillo de vestuarios; el diario madrileño contraatacaba y acusó a Piqué de menospreciar e insultar a sus adversarios -un hecho que negó después el futbolista en Twitter-. Lo curioso es que, ninguno de los dos periodistas nombra la fuente. Es decir, se vierten acusaciones gravísimas que atentan contra el honor de varias personas y nadie da la cara. Esta práctica, que debe ser utilizada en casos extremos, se ha vuelto demasiado habitual en dichos medios.
Buen artículo.
ResponderEliminarY no puedo estar más de acuerdo en que deberíamos luchar contra esto. Negarnos a leer lo que nos quieren mostrar