lunes, 24 de junio de 2013

"Te pones para ser la persona que eras antes"


Antonio recita en voz alta la alineación del Athletic de la final de Copa de 1977: "Iribar, Alexanco, Villar, Irureta...". Rememora aquel partido jugado en el Vicente Calderón un 25 de junio. "Allí estaba yo, con mi padre, viéndolos con mis propios ojos". Ese día, cuando el Betis ganó a los bilbaínos en una agónica tanda de penaltis, él tenía 12 años. Ahora, con 48, todavía le apasiona el fútbol y su equipo. Dos válvulas de escape a las que se ha agarrado para superar 24 años de adicción a la heroína y a la cocaína. Ya lleva doce meses limpio.

Me lo cuenta en Madrid, en una tarde calurosa, ya de verano. En uno de esos días en los que la luz se cuela entra las persianas y regala pronunciadas sombras bajo las que cobijarse. A su alrededor se sientan otros adictos: Manuel, Eugenio, Andrea, Abble, Javier. "Es una enciclopedia", dicen de Antonio, que sigue narrando aquella batallita del 77. Relata que Carlos Ruiz Herrero adelantó a los leones -"a los míos", apostilla-; que López consiguió el empate para los verdiblancos. "Y nos fuimos a la prórroga", añade. Entonces rescata a Dani Ruiz-Bazán, que "volvió a ponernos por delante". Fue en el minuto 97. Pero en su reseña aparece López otra vez, que hizo para los béticos el gol del empate en el 116.

Pero no les quiero contar la historia de aquella final. Prefiero hablarles de Antonio, que era pescadero en 1988, cuando se metió en la droga. Su mujer le dejó aquel maldito año y entró en una profunda depresión. "No podía soportar no estar con mi hijo de dos años. Así que empecé a consumir un poco. Pero llega un momento en el que te levantas y sólo piensas en ponerte. Y te pones para ser la persona que eras antes de consumir", comenta. 

Viste camisa de cuadros y vaqueros. En su perilla y cabello morenos se cuelan ya bastantes canas. Antonio pasó por la cárcel por trapichear con droga; y aún tiene una causa pendiente en los juzgados de Móstoles. De por medio, también existe alguna orden de alejamiento de un municipio. Hoy en día, alquila una habitación en el barrio de Usera. Los partidos del Athletic los ve en el televisor que tiene su casero. Recuerda con decepción aquella final que perdió en el 77. Ahora se enfrenta cada día a otro partido. Este quiere ganarlo.

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