sábado, 12 de noviembre de 2011

Andalucía, epicentro electoral

Aparecieron los fantasmas de los socialistas. Su peor pesadilla. Ahora hablan (aunque sea a escondidas) de terror, de miedo, de pavor, de horror. Andalucía demuestra que lo infinito y eterno tan sólo existe en ese perfecto mundo de las Matemáticas. Fuera de él, en la realidad –donde se entremezclan creencias y pasiones-, las sumas y multiplicaciones no obtienen siempre el mismo resultado. La Comunidad Autónoma ya no se presenta como ese granero de votos tan amado por el PSOE y temido por los populares. Ahora podría darse la vuelta a la tortilla.


Lo insinuaron los comicios municipales del 22 de mayo y en breve podría confirmarlo las generales del 20-N. Entremedias, numerosas encuestas ya lo dicen, ya subrayan ese posible vuelco en Andalucía. Un cambio –una palabra a la que se sumó el PP, cuya sección regional mira de reojo al próximo marzo- que reflejó el último sondeo del Centro de Investigaciones Científicas (CIS). Los socialistas lograrían, según éste, entre 24 y 25 diputados; frente a los 34-35 de los populares y el solitario congresista de IU. El PSOE sólo mantendría su liderazgo en Sevilla, con un escaño más que el actual partido de la oposición (que vencería en el resto de provincias).

Por todo ello, los socialistas centran parte de su campaña electoral en Andalucía. Y los populares, expectantes siempre a los movimientos de su enemigo (al resguardo de esa distancia electoral), le siguen el juego. Griñán y Arenas se pican, y pasarán dos veces por cada provincia antes del 20-N. Y la ejecutiva nacional del PSOE quiso hacerse fuerte en Dos Hermanas, generando una poderosa –aunque ciertamente anacrónica- imagen: Rubalcaba, Guerra y González, juntos en un mitin después de 15 años. Allí, en el mismo velódromo donde Rajoy, hace tan sólo un año, impulsara la conquista de la Comunidad del Sur.



Escondido Zapatero, como ese florero sobre el que metaforizó González en varias ocasiones; Rubalcaba intentará salvar los muebles en una región donde continuará la pugna electoral tras el 20-N. En Andalucía, el PSOE no sólo se juega escaños del Congreso y el Senado; sino también el Gobierno de la Junta. Una carrera a la que no renuncia Griñán –el pacto con IU podría mantenerlo en el Palacio de San Telmo-. A Alfredo (así nos invita a llamarle) ya se lo comentaron, que él no es Barack Obama. Alfredo, No, you can’t.

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