viernes, 16 de noviembre de 2012

Cobardes, conclusión de una huelga general

Escondidos tras escudos antidisturbios. Ocultos tras tapas de papeleras. Resguardados por siglas y banderas sindicalistas. La huelga general del pasado 14-N dejó muchas discusiones, conclusiones y divergencias en esta España de los años 10; en este país de la crisis y de la coyuntura económica. Pero, más allá del éxito o no de la convocatoria, los medios de comunicación mostraron el rostro de los auténticos cobardes. De ese Mosso d'Esquadra que cargó indiscriminadamente y golpeó a un niño de 13 años; de esa piquetista que arroja un café a una señora y de esos otros que coaccionaron a ciudadanos que ejercen su derecho a trabajar; y, además, de aquellos radicales que vociferaron contra un sistema injusto para campar a sus anchas y poder ejercer la violencia.

Dentro de todo colectivo se ocultan cobardes y sinvergüenzas, abusadores del escaso poder que ostentan o creen ostentar. Y en todos los bandos hay culpables. Por ello, más allá de optar por la generalización injusta, el ciudadano debe optar por señalar con el dedo al individuo, por apuntar directamente con el dedo a quienes incumplieron leyes y violaron los derechos de sus congéneres. Y exigir responsabilidades. De poco sirve acusar a todos los policías de macarras con porra; de poco sirve tachar a los sindicalistas de abusadores liberados. Porque resulta poco útil trazar una línea de trincheras con el objetivo de situar al español en uno u otro lado. En este país debe afrontarse una huelga general con naturalidad, aceptar a quien quiera respaldarla y quien quiera trabajar; sin criminalizar al contrario, sin englobarlo en una amalgama de críticas injustas por pensar distinto.

Y, todo ello, no significa que no se persiga a los cobardes. Esta sociedad, para avanzar en su camino hacia una mayor justicia, debe exigir a la Generalitat de Cataluña que identifique al Mosso d'Esquadra y cargue contra él todo el peso de la Ley. Esta sociedad debe exigir a CCOO y UGT que identifiquen a aquellos sindicalistas que conformaron piquetes informativos y coaccionaron (incluso con violencia física) a otros ciudadanos. Esos cobardes, todos ellos, deben ser cesados y señalados con el dedo para su escarnio público. Todos ellos sobran en sus organizaciones y en este país.

Agresión brutal de un Mosso a un niño de 13 años:



Siete minutos de insultos y ataques a una trabajadora:

1 comentario:

  1. Y también hay que señalar a los empresarios que coaccionan a los trabajadores para que ese día no hagan huelga! Todos!

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